Foto: RTVE
Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo, falleció este domingo 20 de noviembre a los 93 años en Argentina, según confirmación de su hija Alejandra a medios argentinos.
Al recibir la noticia, el presidente argentino Alberto Fernández proclamó tres días de duelo nacional y manifestó en un comunicado que “despide con profundo dolor y respeto a Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo y luchadora incansable por los derechos humanos. El gobierno y el pueblo argentino reconocemos en ella un símbolo internacional en la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los treinta mil desaparecidos”.
La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, también expresó su tristeza por el fallecimiento de Bonafini mediante un mensaje en Twitter: “Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”.
El 13 de octubre pasado, Hebe de Bonafini recibió el alta tras una hospitalización de tres días para chequeos médicos en el Hospital Italiano de La Plata.
El 10 de noviembre, asistió como cada jueves junto a las Madres a la Plaza de Mayo, participando en el regreso al obelisco y ofreciendo su último discurso, que ha sido destacado por varios medios de prensa internacionales: “Los médicos me dejaron venir porque saben que también es parte de mi salud, necesito la Plaza para cuidarme, los necesito a ustedes para mejorarme”.
Hebe de Bonafini nació en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, el 4 de diciembre de 1928, y fue madre de tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y, posteriormente, María Alejandra.
Los dos hijos mayores participaban en su etapa universitaria en el movimiento estudiantil, un acto severamente castigado por la dictadura militar que dominó Argentina entre 1976 y 1983.
El 8 de febrero de 1977, la policía asaltó el hogar de Jorge Omar, y meses después hicieron lo mismo en las residencias de su esposa María Elena y su hermano Raúl Alfredo. Desde entonces, los tres forman parte de los 30,000 desaparecidos por las Juntas Militares durante esos años.
Desde aquel momento, Hebe de Bonafini viajó con frecuencia a Buenos Aires para exigir respuestas sobre el paradero de sus hijos. Junto a ella, cientos de madres y abuelas en situaciones similares se organizaron y comenzaron a protestar cada jueves alrededor del obelisco de la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada.
La asociación Madres de Plaza de Mayo marcha cada jueves desde el 30 de abril de 1977. En sus inicios, buscaban respuestas sobre el paradero de los desaparecidos por la dictadura argentina y, con la llegada de la democracia, su objetivo se amplió a honrar la memoria de aquellos que ya no volverán.
Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo han convertido sus pañuelos en la cabeza en un símbolo mundial de resistencia y lucha. Sus protestas pacíficas durante décadas se han transformado en un referente en la lucha por los derechos humanos en numerosos países del mundo.