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A pesar de que muchos medios y analistas internacionales han calificado esta designación como un “mero trámite”, dado que no hay otro candidato dentro de su partido que pueda enfrentarse a él en esta fase del proceso electoral, y en un escenario donde la controversia y el escándalo le favorecen, especialmente tras un presunto atentado que casi le cuesta la vida, Donald Trump ha sido oficialmente designado como el representante del Partido Republicano para la Casa Blanca en las esperadas elecciones de noviembre.
Después de meses en los que su candidatura se dio prácticamente por confirmada, a pesar de que Trump no asistió a la reunión con todos los delegados (en las primarias, Haley logró 97 votos; Ron DeSantis, nueve; y Vivek Ramaswamy, tres), todos y cada uno de ellos finalmente lo respaldaron.
Con el apoyo de la gran mayoría de los 2,500 delegados que se reunieron en Milwaukee para la Convención Nacional Republicana, Trump vuelve a ser el representante de los republicanos y tiene la posibilidad de convertirse nuevamente en presidente de Estados Unidos.
Las diversas delegaciones estatales han ido proclamando su apoyo ininterrumpidamente durante la convención, hasta que la intervención de la delegación de Florida aseguró a Trump los votos necesarios para su designación como candidato.
Es importante destacar que el portavoz de la delegación de Florida fue Eric Trump, hijo del candidato del Partido Republicano.
Así, se confirman las previsiones, ya que se estimaba que 2,268 votos irían a favor de Donald Trump, lo que convirtió la convención en un mero trámite.
Trump utilizó la oportunidad para anunciar que eligió al senador de Ohio, J.D. Vance, como su compañero de fórmula a la vicepresidencia, lo cual también compartió en su red social, Truth Social.
Poco después, Vance apareció ante la convención republicana y, a solicitud de la delegación de Ohio, se aprobó una moción para elegirlo por aclamación como candidato a la vicepresidencia.