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A pesar de ser ampliamente reconocido como estadounidense, Oscar Isaac no oculta sus raíces latinoamericanas: es mitad guatemalteco y mitad cubano, específicamente. Su apariencia ambigua que podría asociarse con diferentes herencias culturales, como árabe, judía o indígena, le ha permitido interpretar papeles tan variados como el príncipe John en Robin Hood y el Duque Leto Atreides en Dune.
Con 46 años cumplidos el 9 de marzo, Oscar Isaac se constituye como uno de los actores más versátiles y admirados en Hollywood, donde ha llegado gracias a su talento y carisma indiscutibles.
Nacido en Guatemala, el país de su madre, se mudó a Estados Unidos durante su infancia. A pesar de crecer en tierras norteamericanas, su familia se aseguró de que siempre estuviera conectado con sus raíces latinas.
La influencia cubana en su vida provino principalmente de su padre, Óscar González, un médico que emigró en busca de mejores oportunidades. En diversas entrevistas, Oscar ha enfatizado la importancia de su herencia y cómo la cultura cubana ha influido en su desarrollo, sobre todo porque Miami, donde se estableció, alberga una vibrante comunidad cubana que le permitió mantener un contacto cercano con su legado.
Desde joven, Isaac mostró un marcado interés por las artes, particularmente por la música y la actuación. Durante su adolescencia, formó parte de varias bandas de punk hasta que decidió concentrarse en la actuación, lo que lo llevó a estudiar en una reconocida academia de Nueva York.
Su gran avance en la industria llegó con su actuación en Inside Llewyn Davis (2013), un filme de los hermanos Coen que le otorgó el reconocimiento de la crítica. Posteriormente, consolidó su estatus como estrella internacional con papeles en exitosas franquicias como Star Wars, donde interpretó a Poe Dameron, así como en películas como Ex Machina y Dune.
Aunque ha dejado de lado sus apellidos hispanos, Hernández Estrada, para facilitar su proyección internacional, Oscar Isaac considera que esto es una cuestión de marketing, pero se siente orgulloso de su ascendencia cubana y guatemalteca. Además, aboga por una mayor representación latina en la industria del cine.
A lo largo de su carrera, ha interpretado a personajes de origen hispano y ha estado involucrado en proyectos que celebran la diversidad étnica, reflejando así su profunda conexión con sus raíces a través de su trabajo y su capacidad para conectarse con la multiculturalidad.
La crítica especializada lo ha calificado como una de las estrellas más brillantes de su generación, esperando con interés los próximos pasos en su carrera. Ya ha sido confirmado para el papel de Víktor Frankenstein en el nuevo filme de Guillermo del Toro, un nuevo desafío para este «cubano» que ha conquistado Hollywood.
