Fotos: Jorge Luis Baños | CN360
Las imágenes lo dicen todo. La alegría, el cariño y el agradecimiento tanto del trovador como del público. Fueron dos horas en las que Pablo Milanés interpretó varios de los clásicos de su repertorio ante miles de cubanos que llenaron el coliseo de La Ciudad Deportiva de La Habana este martes.
Acompañado del pianista Miguel Núñez y la chelista Caridad Varona, el artista de 79 años presentó canciones como “El breve espacio en que no estás”, “Yolanda”, “Éxodo”, “Días de Gloria” y “El tiempo, el implacable”, formando parte de un repertorio de 25 temas.
Pablo, desde el inicio, dejó claras las razones de su regreso a Cuba. “Siempre he dicho que Cuba es mi mejor público, pero ustedes se han pasado”, comentó el trovador, enfatizando que a pesar de sus constantes giras internacionales, nunca ha abandonado realmente la isla.
El músico se encontraba en su mejor momento. Cantaba con la misma voz excepcional de siempre y los miles de espectadores en el Coliseo no cesaban de agradecerle por regresar a Cuba para interpretar esas memorables canciones que son parte esencial de la identidad nacional.
Aunque muchos podrían pensar que a sus 79 años el repertorio era demasiado ambicioso, Pablo dejó claro desde el principio que estaba comprometido a ofrecer a los cubanos una noche inolvidable.
Durante el concierto, recordó varios momentos significativos de su carrera y su vida personal. Habló de los vínculos profesionales y el cariño que lo une a su pianista y director musical Miguel Núñez, así como el talento de la chelista Caridad Varona, músicos que lo han acompañado en su gira “Días de Luz” por España y Estados Unidos.
Han pasado más de cinco años desde que Pablo actuó en Cuba. Su última presentación fue cuando acompañó a su hija Haydée en el lanzamiento de su álbum “Amor”. Su regreso ahora fue sin invitados, enfatizando que su obra abarca todos los anhelos, esperanzas y conflictos del país.
El trovador tuvo que sortear las reticencias iniciales de algunas instituciones que lo habían programado para el Teatro Nacional, donde solo se vendieron unas pocas entradas. Sin embargo, la presión y los reclamos en redes sociales llevaron a cambiar la sede del concierto, que muchos consideran su última presentación en Cuba.
Lo cierto es que esa noche fue memorable para miles de cubanos que tuvieron la oportunidad de reconectarse con uno de los grandes músicos del país y redescubrir la gloria.