Foto: Annika Metsla | Festival Jazzkaar | Flickr
Texto: Hugo León
Unos días después de recibir dos premios en los Latin Grammy 2023, Paquito D’Rivera fue visto en las calles, compartiendo breves pasajes musicales y su inconfundible sonrisa, lo que generó numerosos comentarios y miles de reacciones en las redes sociales.
El instrumento que Paquito D’Rivera tocaba, para sorpresa de muchos, era un Ophicleide, considerado por los expertos como el “abuelo” del saxofón. Este instrumento pertenece a la familia de los instrumentos de viento-metal y a menudo es confundido con la tuba, ya que comparten ciertas similitudes en términos de función y sonido.
Se trata de un instrumento antiguo que data del siglo XIX. Aunque era popular en la música clásica, fue poco a poco reemplazado por otros instrumentos similares, como la tuba, en la década de 1900. Esto explica la sorpresa de muchos internautas al ver a D’Rivera interpretando una breve melodía con este antiquísimo instrumento.
Sus seguidores no tardaron en comentar que es “uno de los mejores músicos del mundo”, y no es para menos: durante décadas, este gran cubano ha ofrecido a millones la sonoridad característica de su isla y ha dejado una huella en el arte con sus composiciones y su creatividad excepcional.
“¡Feliz miércoles a todos!”, deseó el artista en el breve mensaje que publicó en Instagram, algo que no resulta difícil de imaginar tras verlo tocar con esa mezcla de elegancia, humildad y alegría que lo caracteriza, aunque solo fuera por unos breves segundos.
Recientemente, el artista compartió otras imágenes donde informaba a sus seguidores sobre su visita a Almería, España, país donde recibió sus dos Latin Grammy.
Nacido en 1948, Paquito D’Rivera es aclamado por su versatilidad como compositor y arreglista, así como por su habilidad musical en instrumentos como el clarinete y el saxofón, entre otros. Su aporte a la música cubana, y también a nivel internacional, lo han convertido en un referente para varias generaciones.
En Cuba, fue uno de los miembros fundadores del influyente grupo Irakere, una de las agrupaciones más innovadoras y representativas de la escena musical cubana del siglo pasado. En este grupo compartió escenario con grandes figuras como Chucho Valdés y Arturo Sandoval.
Tras emigrar de la isla en la década de 1980, rápidamente se consolidó entre los grandes del jazz internacional, colaborando con figuras como Dizzy Gillespie, con quien fundó en 1988 la United Nations Orchestra.
Además, es un notable compositor de jazz y música clásica, y sus obras han sido presentadas por orquestas de renombre mundial.
Poco se sabe, sin embargo, que también ha escrito dos libros: el primero se titula “Mi vida saxual”, de carácter autobiográfico, y el segundo es una novela llamada “Oh!, La Habana”, que narra el vibrante ambiente artístico de la Cuba de los años 40 y 50.