Foto: RL Hevia
Los nombres de Jorge Luis Alayo y Noslen Díaz se han convertido en algunos de los más mencionados y escuchados por la afición deportiva cubana en este 2024. Esta destacada dupla de voleibol de playa tuvo un año lleno de resultados notables, que culminó esta última semana con su inclusión en el top-10 del ranking mundial.
Los cubanos finalizaron la temporada con 5,940 puntos, una puntuación que les otorgó el octavo puesto en el escalafón, a menos de 300 puntos de los brasileños Evandro y Arthur, que ocupan la séptima plaza, según la actualización de la FIVB realizada este lunes 25 de noviembre.
De este total, destaca el millar de puntos que obtuvieron al conquistar el Elite 16 celebrado en Tepic, México, en abril pasado.
A pesar de que no sumó puntos al ranking, también merece mención su desempeño en los Juegos Olímpicos de París, donde, tras avanzar invictos en la fase de grupos, fueron eliminados en octavos de final por los eventuales medallistas de oro, Ahman y Hellvig, de Suecia.
En total, los antillanos compitieron en siete torneos, alcanzando cinco semifinales y logrando tres medallas de plata y una de bronce. Además, participaron como invitados en la Súper Copa de Rusia, donde se llevaron el título en la fase disputada en Kazán.
Un reporte de la publicación JIT indica que Díaz y Alayo tenían previsto competir en las finales del Pro Tour Mundial en Doha, Qatar, del 4 al 7 de diciembre próximos, pero los organizadores decidieron transferir su boleto, asignado por ranking, a los actuales campeones del mundo, para asegurar su presencia en la competencia.
Así, su participación en competencias por este calendario llega a su fin. Terminar entre los 10 primeros del mundo brindará a los cubanos mayores facilidades para acceder a los principales torneos de 2025, especialmente a los de categoría Élite 16, que son los que otorgan la mayor cantidad de puntos.
Entre los objetivos para la nueva temporada, Díaz y Alayo asumirán el reto de permanecer entre las mejores parejas del mundo, lo cual es crucial para lograr un buen puesto en el Campeonato Mundial de voleibol de playa que Australia acogerá el próximo año, con la meta de mejorar el 17.º puesto obtenido en la edición anterior.
