Foto: Luis Pérez | Flickr
Frente a la campaña del gobierno en contra de las Mipymes, muchos propietarios han optado por cerrar sus negocios en lugar de negociar con el Estado, en un país que cada vez requiere más de un sector privado para su sostenibilidad, ya que este ha constituido un salvavidas económico en un contexto tan crítico.
Los dueños de micro, pequeñas y medianas empresas en Cuba prefieren liquidar sus productos y cerrar sus puertas, antes que establecer acuerdos con el estado actuando como intermediario.
Y es que, tras las constantes medidas de regulación, el cierre definitivo de pequeños negocios es evidente no solo en La Habana, sino también en otras regiones.
Varios medios independientes, como 14yMedio, informan que la decisión de eliminar los actores privados en el mercado mayorista, a menos que el estado actúe como intermediario, ha resultado muy perjudicial para las Mipymes.
En esencia, la reciente resolución publicada en la Gaceta Oficial prohíbe a las Mipymes realizar ventas al por mayor sin la mediación del Estado, además de excluir a los trabajadores por cuenta propia del comercio mayorista.
El impacto de estas regulaciones no se limita a los pequeños mercados; también ha afectado a empresas más grandes, como aquellas dedicadas a la venta de materiales de construcción, cuyos comerciantes ya están liquidando sus inventarios y afirman que no abrirán en 2025, en medio de tantas incertidumbres.
El próximo año no se perfila como positivo ni esperanzador para los cubanos, quienes son los más perjudicados por estas medidas del gobierno, incapaz de reconocer su mala gestión.