Poco conocido sobre Ubre Blanca, la vaca récord en producción de leche.

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Imagen: RRSS

Autor: Hugo León

El 25 de enero de 1982, la vaca más emblemática de Cuba, conocida como Ubre Blanca, estableció un nuevo récord de producción de leche al extraer 110,9 litros en tres ordeños. Este acontecimiento alimentó la ilusión sobre la genética y la producción lechera en la isla, que siempre aspiró a alcanzar a su vecino del norte.

La dimensión político-ideológica de esta hazaña es poco conocida, así como el nivel de propaganda que se generó en torno a la vaca. Ubre Blanca, nacida en Isla de la Juventud de un cruce entre un toro Holstein y un cebú, superó el récord previamente establecido por una vaca estadounidense llamada Linda Allen.

Linda había mantenido el Récord Guinness desde 1975, pero la hazaña de Ubre Blanca creó tal leyenda que su nombre perdura hasta hoy entre los cubanos, independientemente de si vivieron o no en aquella época.

Orgullo de la nación

A pesar de lo insólito que pueda parecer, Ubre Blanca contaba con medidas de seguridad rigurosas para evitar posibles atentados de enemigos, y había un control estricto en la entrada de la vaquería donde residía, al que solo podían acceder personas autorizadas incluidas en una lista específica.

El veterinario encargado de su cuidado, Jorge Alberto Hernández Blanco, mencionó en múltiples ocasiones que Ubre Blanca gozó de atenciones singulares: no le gustaba la misma comida todos los días y disfrutaba de música de una radio. Algunos sostienen que incluso tenía aire acondicionado.

La relevancia de la vaca llevó a que se mejorara su dieta y se le proporcionara un manejo especializado, con un enfoque en su bienestar que incluía un equipo médico multidisciplinario liderado por la reconocida Dra. Rosa Elena Simeón Negrín, una figura prominente en la veterinaria cubana.

Además, Hernández afirmó que Ubre Blanca era única no solo por la cantidad de leche que producía. Tenía la habilidad de reconocer la hora de su alimentación, acercándose al comedero con la mirada fija en el lugar donde se guardaba su comida.

La favorita del Comandante en Jefe

A pesar de que el acceso a Ubre Blanca era limitado, recibió la visita de numerosas personalidades. Después de todo, se convertía en un símbolo del orgullo nacional.

En un evento destacado, se invitó a 26 periodistas internacionales a presenciar uno de sus ordeños para que informaran al mundo sobre este excepcional animal y los avances de la ganadería cubana.

Los vaqueros tenían la responsabilidad de informar diariamente a la máxima dirección del país sobre Ubre Blanca, y varias fuentes afirman que Fidel Castro requería un reporte cada seis horas sobre su vaca, dedicándole presentaciones y discursos, además de animar a líderes extranjeros a conocerla.

Se cuenta que en 1981, meses antes de que Ubre Blanca alcanzara los 110,9 litros, Fidel interrumpió uno de sus discursos el 26 de julio, un evento crucial en Cuba, para anunciar emocionado que la vaca había producido 89,9 litros, estableciendo un nuevo récord, posiblemente como un saludo a dicha fecha.

Otra anécdota revelada por los cuidadores del animal indica que a la vaca no le gustaba que le tocaran el lomo, sin embargo, durante una visita de Fidel, Ubre Blanca permaneció inmóvil mientras él le acariciaba la espalda. El veterinario le advirtió que tuviera cuidado, dado que el animal tenía un porcentaje de cebú en su genética, a lo que Fidel respondió que confiaba en su instinto.

Más relatos y su posible clonación

Una historia adicional se refiere a la notable alimentación de Ubre Blanca, que algunos expertos consideraron excesiva y diseñada para mantener su producción de leche a niveles altísimos: diariamente, se le proporcionaban dos litros de miel, 130 litros de agua, 40 kilogramos de forraje y 40 de pasto inducido, lo que resultaba en más de 250 kilogramos de comida por día.

La prensa estatal de la época indicaba que Ubre Blanca no solo era un modelo a seguir, sino también un ejemplo del potencial de Cuba, capaz de generar hasta un millón de litros de leche al día, y había rumores de que la isla se convertiría en un exportador de carne hacia Europa, respaldados por videos de altos funcionarios dando conferencias al respecto.

Se dice que hubo varios intentos de clonar al animal y que se conservaron muestras de su material genético. Según informes de los medios cubanos, Ubre Blanca fue trasladada al Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria y sometida a un tratamiento hormonal para obtener óvulos para investigaciones futuras.

A los aproximadamente 17 años, la vaca fue finalmente sacrificada, y el ritual de homenaje continuó incluso después de su muerte: el periódico Granma le dedicó una página completa y algunos taxidermistas cubanos conservaron su cuerpo, que fue exhibido en una caja de cristal controlada en temperatura.

En Nueva Gerona, se erigió una estatua de mármol en su memoria, un noble homenaje hacia el animal, pero también un triste recordatorio de tiempos en que Cuba contaba con tantas vacas como habitantes, una realidad alejada de la situación actual.

Según cifras oficiales, en 2021, Cuba disponía de poco más de 3 millones 712 mil cabezas de ganado, cerca del 26% menos que en el momento de la muerte de Ubre Blanca.

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