Hace unos días se conoció que el actor estadounidense James Franco ofreció disculpas en una audiencia televisiva por haber abusado de su posición de poder como profesor al mantener relaciones sexuales con sus alumnas.
Franco, quien previamente había enfrentado juicios y demandas por parte de un grupo de estudiantes, llegó a un acuerdo de indemnización monetaria con las víctimas de su comportamiento de acoso sexual. Sin embargo, la presión social y las declaraciones de algunos de sus mejores amigos, como Seth Rogen, motivaron al actor y director a realizar estas disculpas de forma pública.
¿Qué similitudes pueden existir entre James Franco y el trovador cubano Fernando Bécquer?
A inicios de diciembre, la revista El estornudo publicó cinco relatos de mujeres cubanas que denunciaban al músico por acoso sexual. Como es habitual en estos casos, independientemente del país o del sistema, las historias de estas mujeres son puestas en duda. En el caso cubano, una cofradía de amigos músicos de Bécquer rápidamente defendió al trovador, alegando que las denuncias eran totalmente falsas y que su publicación en un medio independiente no era solo un ataque a él, sino también a la revolución que él representa.
Con el paso de los días, el debate y las denuncias contra Bécquer aumentaron. La similitud en el comportamiento del acosador en cada relato fue tan evidente, así como la presión que recibieron sus colegas músicos por parte de las mujeres y activistas, que algunos amigos que previamente lo defendieron se vieron obligados a borrar sus ardientes declaraciones de redes sociales o a hacer nuevas publicaciones insinuando que estaban dispuestos a escuchar a las denunciantes y a que se llevara a cabo un debido proceso judicial en su contra.
Este cambio fue catalizado cuando una de las víctimas, la escritora Elaine Vilar Madruga, presentó una denuncia ante el tribunal y manifestó en sus redes que contaba con el apoyo de la FMC en su proceso legal. Además, el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, que ha respaldado a muchos de estos trovadores, publicó un post de la cantautora Rita del Prado, donde dejaba claro que creía en las mujeres que denunciaron a Bécquer y exigía un proceso legal que lo juzgara.
Toda esta presión, principalmente a través de las redes sociales, llevó a músicos como Adrián Berazaín, Mauricio Figueiral y el controvertido Ray Fernández a moderar sus comentarios públicos sobre el asunto en los días recientes.
Incluso, se informó que peritos policiales fueron vistos entrando en la casa de Bécquer, lo que sugiere que un proceso legal podría estar en marcha, aunque no se han divulgado más detalles.
Hasta ahora, Fernando Bécquer no se reconoce responsable ante las casi veinte mujeres que lo han denunciado públicamente. Tampoco sus amigos trovadores han ofrecido disculpas específicas por sus expresiones de incredulidad y hostilidad hacia las denunciantes.
Respondiendo a la pregunta planteada anteriormente en este texto, Franco y Bécquer comparten el hecho de ser figuras públicas en sus respectivos países. ¿Por qué es crucial que un hombre, específicamente una figura pública, acusado de acoso sexual o violación, ofrezca disculpas ante la sociedad?
Ambos han ocupado una posición de poder que se deriva de su estatus como figuras públicas. Al relacionarse con estas mujeres, no se trata de simples individuos, ya que representan social y culturalmente sus profesiones. Por esta razón, ambos involucraron a las mujeres en relaciones y conductas sexuales que no eran realmente deseadas. Pedir perdón no solo es un acto de justicia, sino que, debido a sus roles como figuras públicas, también están llamados a expresar públicamente sus disculpas. No se trata de someterlos a un escarnio público, sino de evidenciar que actos como estos, que históricamente han sido normalizados, no deben ser ignorados. A menudo, las mujeres que denuncian no son creídas y se les culpa por lo que les sucedió; es esencial que estas acciones no queden impunes, ya sea legalmente o públicamente.
