Fotos: Cortesía de la Entrevistada
Texto: Jorge Suñol
El 28 de septiembre de 2019, Geylis García se encontraba a bordo de un avión con destino a Madrid. Esta vez, la experiencia era muy diferente a las breves visitas a Noruega que solía hacer para ver a su hermana. La sensación era única. Había tomado la decisión de establecerse de forma permanente en España junto a su hija pequeña. Desprenderse de su vida anterior y dar un último adiós resultó ser extremadamente complicado. Comenzar una nueva vida en un país extraño, aún más. Sin embargo, esta historia no se centra en cobardías ni temores.
Geylis transitó de Girona a Barcelona, y de allí a Madrid. Aunque se cuenta rápidamente, detrás hay cinco años de esfuerzo, apoyo, superación, éxito, y, hay que admitirlo, un toque de riesgo y locura. Quizás no imaginó alcanzar la fama que tiene hoy, aunque, siendo sinceros, el humor y el arte han sido parte de su esencia desde que tiene memoria.
Entonces, encontró su espacio en las redes sociales, un lugar perfecto para crear personajes, entretener y conectar con un público que cada semana ansía noticias sobre Georgina, Mima o algún otro personaje que demuestra su versatilidad y carisma.
Cinco años han pasado. Geylis celebra su temporada de Virgo, aún con la resaca de un cumpleaños épico, dejando “puyas” en medio de la calle y en algunas publicaciones. Agradece constantemente y rara vez se muestra seria mientras charlamos, como si estuviera pensando en una broma por hacer, manteniendo esa vibra tan natural, cubanísima, sin pretender adoptar ninguna pose.
Emigrar implica muchas rupturas y enfrentar lo desconocido, aunque otros te lo hayan contado. Sin embargo, para ella, que hoy es una de las creadoras de contenido cubanas más originales, la experiencia no ha resultado tan traumática: “Me considero una persona muy afortunada porque no he padecido experiencias de racismo o xenofobia. Aunque si me pongo a pensar, puede que haya ocurrido, pero como lo tomo todo con humor, no lo he sentido y por eso no ha dejado huella en mí.”
A pesar de contar con miles de seguidores en varias plataformas, Geylis aún no se habitúa a que la reconozcan en las calles cada vez que regresa a Cuba, que se tomen fotos con ella y celebren su trabajo en redes: “Soy pinareña. Allí me conoce mucha gente, porque fui bailarina, siempre trabajé en el arte, y también anduve en la farándula, en fin, una farandulera, tú sabes. Siempre que alguien me grita en la calle es porque me recuerda de ese tiempo. Alguien me dice: ¡Niña, te vi! Y como soy tan espontánea, la gente charla conmigo como si fuésemos de la misma familia.”
“En esos momentos no me doy cuenta, pero después pienso: ¡Ay, pero hay gente que me conoce y yo no a ellos! Es un poco extraño, pero me siento bien. Me alegra que me reconozcan tal y como soy”, comenta.
Al consumir su contenido, aparecen ciertos personajes: “Ya los tengo bien definidos y les he creado historias. A veces, las ideas surgen de forma improvisada y sé a qué personaje le puede encajar esa idea. Por ejemplo, algo que se me ocurre en la cocina tal vez funcione para Mima o la madre de Yainelis, pero no para Cuento Corto. O si se me ocurre algo de la calle, eso va para Cuento Corto. Y si es algo de una tienda, se lo asigno a Georgina.
“Cuando estoy en España, me doy cuenta que a la audiencia aquí le gusta un contenido más nostálgico. La mamá de Yainelis les recuerda a la madre cubana. En Cuba, trato de abarcar un poco de todos, saturando a Georgina con su verdadera esencia como cubana. Me pasan tantas ideas por la cabeza en un solo minuto que tengo que anotarlas. Soy un poco esquizofrénica en ese sentido.”
¿Y por qué el humor como base de contenido?
“Es lo que mejor se me da, es decir, lo que más positivamente me impacta. Siempre he sido una gran seguidora del humor. Lo menciono a menudo. Disfruto mucho las películas cómicas. Reconozco que es complicado, pero no lo veo como un reto. Me fluye naturalmente. Sin embargo, sé que es algo que ayuda mucho y que todo el mundo puede disfrutar. El humor es universal, lo puede disfrutar un cantante, un músico, un actor, un piloto o un político… Creo que es lo que más conecta con las personas.”
El camino en las redes sociales implica mucho riesgo, dedicación y creatividad. ¿Qué ha significado para ti?
“Las redes sociales llegaron a mi vida en un momento clave. A veces pienso que debí haber comenzado cuando era más joven, pero creo que en ese entonces no habría tenido la madurez necesaria para manejarlo.”
“Siempre digo que esto no me afectará como afecta a aquellos que no han pasado por experiencias difíciles en sus vidas. Los comentarios negativos no me molestan. La verdad es que tengo muy pocos haters, creo que eso es porque me muestro segura. Si yo me río de mí misma, ¿qué me vas a decir que me duela?”
“A veces veo a personas tristes por lo que les dicen y me pregunto: ¿Por qué te afecta eso? No reconoces tu valor. Claro, no todos tienen la madurez para lidiar con la crítica. Tengo 36 años y he vivido bastante. He navegado por un campo minado con un par de botas rusas. En algún momento algo puede dolerme, pero no deseo llegar a ese punto. Estoy preparada para enfrentar lo que venga.”
Hace dos años y medio, su hija se mudó a Cuba con su abuela, la madre de Geylis. Esta es una de las razones por las que visita frecuentemente el país. No importa dónde se encuentre, sigue produciendo sus videos, aunque cada lugar aporta su propia magia.
“Cuando estoy en Cuba, mis videos salen más espontáneos, aunque me demoro un poco más en publicarlos. Una por la conexión que a veces es deficiente y otra porque entre la fiesta y la diversión, me quedo ronca”, dice riendo.
“Soy siempre la misma. Amorosa con mi niña y muy maternal. Siempre estoy con mi mamá, ella cocinando y yo sentada en el piso de la cocina hablando tonterías, intercambiando chismes. La gente que me rodea también es así. Creo que he sido la única que ha tenido la valentía de tomar el teléfono y grabar. Pero, si hiciera un reality con todos ellos, superaríamos a las Kardashian, son muy creativos.”
¿Cómo fue tu primera experiencia en TikTok?
“En este momento, estoy un poco peleada con la aplicación. Recientemente, una chica me vio y me dijo: ¿Tú no eres la que hace TikTok?, nunca más te he visto. Ahora estoy enfocada en Instagram, Facebook y YouTube. A veces refresco mis redes sociales porque soy muy emocional.
“En TikTok, últimamente no estoy satisfecha con lo que veo, por eso me he alejado. En su momento, fue un descubrimiento impactante durante la cuarentena. Descubrí esa red social cuando más necesitaba conectar con otros cubanos. Fue un espacio para expresarme y una vía de escape.
“Me encanta TikTok y la gente que me sigue, pero es una plataforma bastante agresiva en cuanto a reacciones. Puedes obtener una gran cantidad de likes, comentarios, o seguidores, pero también puedes recibir muchos haters. TikTok puede pasar de 0 a 100 en minutos.
“También se propaga mucho contenido poco valioso, y a veces me resulta desagradable, ya que no puedo controlar lo que se difunde. A veces deseo que el contenido positivo sea más visible. Me impacta cómo la sociedad se comporta, especialmente nosotros los cubanos. Ver cómo muchos crean buenos contenidos y todavía están en mil seguidores mientras otros difunden contenido raro y están haciendo viral.”
A pesar de esto, Geylis tiene claro que fue en TikTok donde empezó a mostrarse tal cual es, sin temor al ridículo y sin preocuparse demasiado por la apariencia de Instagram, algo muy presente en aquel entonces. Fue en esta plataforma donde comenzó a crear y luego llevó ese contenido a otras redes como Instagram. Así, casi sin darse cuenta, de 2 mil seguidores pasó a 10 mil, y su comunidad creció cada vez más.
Siempre enfatiza la autenticidad de su contenido: “Hay personas que me han dicho, Geylis, eres influencer, debes mantener una imagen, pero ¿por qué? No soy una mala persona, no hago daño a nadie, no ofendo, ni siquiera critico a las mujeres que en algún momento me han herido. Entonces, ¿por qué debería dejar de ser quien soy, si no daño a nadie?”
También menciona lo gratificante que ha sido este mundo, primero porque su familia se siente orgullosa de sus logros, y porque sabe que está haciendo bien, ya sea para una persona o una comunidad.
“Siempre reviso los comentarios y los mensajes directos. Mis seguidores me brindan muchas ideas y me divierto mucho con sus historias. A veces me llegan mensajes como: Tuve una mañana triste, pero vi tu video y me alegró el día. Eso me levanta el ánimo y me digo: sigue, mamá, adelante. También está la posibilidad de ganar dinero haciendo algo que me hace feliz, de poder vivir de lo que realmente me gusta y sin necesidad de fingir.”
“Tengo muchas colaboraciones en mente, pero quiero centrarme en hacer cosas entre mis propios personajes, que tienen identidades diferentes y eso podría ser muy interesante”, confiesa, mientras trabaja en un gran proyecto del que pronto tendremos noticias, mientras sueña con un espectáculo en un teatro repleto de gente, aunque eso le provoca ansiedad. “Creo mucho en el destino; todo llega cuando debe llegar.” Tiene todo claro.