Fotos: RRSS
Texto: Hugo León
Los precios en Cuba, ya sean de sellos, ropa o comida, continúan sorprendiendo y generando cuestionamientos por parte de la población. Recientemente, el precio de la vajilla de fabricación nacional se convirtió en el centro de atención, destacándose el costo de una taza para café que puede alcanzar cientos de pesos, y hasta más de mil 600 pesos por una jarra.
El periodista cubano Alejandro Rodríguez Cuervo, conocido por su labor como comentarista deportivo y presentador en medios estatales, expresó en su perfil de Facebook su asombro ante el hecho de que platos “comunes y corrientes, de fabricación nacional” cuesten 575 pesos, y que una taza similar esté valorada en aproximadamente 465 pesos.
Rodríguez Cuervo se planteó cuánto cuesta realmente fabricar estos productos y si los materiales utilizados son importados. También cuestionó quién establece el precio de estos utensilios y si la situación actual tiene relación con el bloqueo, una justificación habitual empleada por el Estado para explicar la crisis en el país.
Finalmente, indagó, “¿de qué precios abusivos por parte de los privados estamos hablando?”. Esta pregunta surge algunos meses después de que se llevaran a cabo varias inspecciones estatales en mercados, resultando en la revocación de decenas de licencias y multas a vendedores por prácticas de sobreprecios.
Los comentarios en la publicación, que ha sido compartida más de cien veces, reflejaron el descontento del público respecto a esta situación.
Asimismo, otro rostro visible de los medios estatales, el presentador Lázaro Manuel Alonso, hizo una ironía globalizando el tema al decir que “tienen oro molido dentro, muy dentro para que no se dañe” y que “el brillo que le ves se debe al baño con piedra preciosa”.
Marino Luzardo, otro presentador de programas en la Televisión Cubana, se quejó de que, incluso en las tiendas que trabajan con MLC, los clientes se enfrentan a sorpresas con “precios aumentados a productos cubanos, como si no bastara con las maromas que hay que hacer para sobrevivir”.
No faltaron las respuestas de otros internautas, quienes sugirieron: “pregúntale al o los creadores del famoso reordenamiento en medio de una pandemia y la inflación”.
Mientras tanto, los seguidores de Rodríguez Cuervo sugirieron que sería bueno que un periodista saliera a investigar y buscara esas respuestas, recomendando que se presentara el tema en el sistema de la Televisión Cubana.
“Y todavía no has comprado lo que lleva adentro”, comentó también el periodista deportivo Pavel Otero, conocido por sus incisivos comentarios sobre el estado del deporte cubano.
“Me compro una jarra con cuatro vasos a juego y se me acaba el salario, luego al menos les echo agua”, expresó otro usuario preocupado.
En los últimos meses, las redes sociales se han transformado en un espacio donde los cubanos, cada vez más dispuestos a expresar su opinión, critican los precios establecidos por el Estado y la situación general del país.
Prácticamente ningún producto escapa a la crítica, en un contexto donde el costo de la vida en Cuba ha aumentado considerablemente, desfasándose del poder adquisitivo de la moneda local y los salarios, que continúan teniendo un poder de compra en declive.
Según las regulaciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, el salario mínimo del país ronda los dos mil 100 pesos. Mientras tanto, las cifras de 2022 de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), consultadas por Cuba Noticias 360, indican que Pinar del Río, La Habana y Holguín son las provincias con el salario medio más alto, superando los tres mil 900 pesos pero permaneciendo por debajo de los cuatro mil.