«Ahora usted dice que España tiene que pedir perdón. Y, ¿cómo se llama usted? ‘Yo me llamo Andrés Manuel López Obrador’. Andrés por parte de los aztecas. Manuel por parte de los mayas», declaró el expresidente español José María Aznar al presidente mexicano. Esta “burla racista” ha generado una fuerte ola de rechazo en México y Latinoamérica.
Cuba y Venezuela, aliados del gobierno mexicano, respondieron a Aznar por esta burla en relación a la solicitud de perdón que hizo el mandatario mexicano a España por los agravios que se cometieron contra los pueblos originarios durante la Conquista.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó la “burla racista” de Aznar como «deplorable» durante la convención nacional del conservador Partido Popular (PP). Esto evidencia «la apología de los crímenes de la Conquista, la esclavitud, el exterminio y su visión supremacista», mencionó en Twitter.
La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, también hizo alusión a los supuestos orígenes de su apellido, asociándolo con el latín ‘asinarius’, que significa «el que cuida o cría asnos».
En este contexto, comentó en Twitter: «José María Aznar tuvo como gran logro en su vida convertir su apellido en un verbo intransitivo. Seguiremos estupefactos a la espera de su próximo rebuzne».
Por su parte, el partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) expresó su «repudio tajante» a las declaraciones de Aznar, mientras que el propio López Obrador optó por no comentar al respecto en su habitual conferencia matutina del viernes, indicando que esos comentarios no le afectan.
Antes de este acontecimiento, en marzo de 2019, López Obrador informó que había enviado una carta al rey Felipe VI, instándolo a pedir disculpas por las «matanzas» e «imposiciones» ocurridas durante la Conquista.
A pesar de que España no ha ofrecido disculpas, el Vaticano ha enviado un mensaje a México con motivo de la conmemoración de los 200 años de independencia del país, donde la Iglesia reconoce los excesos del pasado.