Entre los nuevos síntomas observados en pacientes de COVID-19 infectados con la variante delta del coronavirus en India se encuentran: trastornos intestinales graves, gangrena y sordera. Además, la preocupación por la mayor contagiosidad de esta versión del SARS-CoV-2 ha aumentado, dado su rápido avance en más de 60 países alrededor del mundo.
En los últimos seis meses, esta variante, también conocida como B.1.617.2, ha estado extendiéndose entre distintas naciones y ha comenzado a prevalecer en algunos de estos lugares.
Como resultado de su progresiva expansión y las consecuencias cada vez más evidentes, el Reino Unido se ha visto obligado a replantearse su plan de reapertura, que estaba programado para concluir el 21 de junio. Por su parte, Estados Unidos instó el pasado martes a acelerar el proceso de vacunación para contener el avance de esta variante del virus.
Los nuevos síntomas detectados en los pacientes indios han encendido las alarmas entre los expertos, quienes advierten que será necesaria más evidencia científica para confirmar que realmente están vinculados a la B.1.617.2, como indica Abdul Ghafur, médico experto en enfermedades infecciosas del Hospital Apollo de Chennai.
Hasta ahora, los trombos asociados a la COVID-19 se habían registrado principalmente en el cerebro, el corazón y las extremidades. Sin embargo, esta nueva variante provoca coágulos en los intestinos, lo que puede resultar en gangrenas que ponen en riesgo la vida de los pacientes.
«El año pasado, pensábamos que habíamos aprendido sobre nuestro enemigo, pero ha cambiado. Este virus se ha vuelto muy impredecible», comenta Ghafur, quien explica que el dolor abdominal y articular, las náuseas, los vómitos y la pérdida de apetito se han vuelto comunes entre los infectados. De entre estos síntomas, la sordera destaca por su rareza hasta el momento, señala Hetal Marfatia, cirujano de nariz y garganta del Hospital King Edward Memorial de Bombay.
Un estudio publicado la semana pasada en la revista The Lancet sugiere que el nivel de anticuerpos capaces de neutralizar la B.1.617.2 es más de cinco veces inferior en comparación con la cepa original del coronavirus en personas que han sido vacunadas con Pfizer. Por esta razón, una de las principales preocupaciones relacionadas con la variante delta es su potencial para evadir las vacunas más ampliamente utilizadas hasta la fecha.