¿Quién fue la pionera en andar en bicicleta en La Habana?

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Foto: Jorge Luis Borges

Aunque en la actualidad la bicicleta se ha convertido en un medio de transporte esencial para los habaneros y las habaneras, en el pasado no era «normal» ver a mujeres pedalear. La primera mujer que se subió a una bicicleta en la capital cubana data del año 1894.

Un año antes, la Revista Fígaro había publicado sobre algunas jóvenes de Matanzas que disfrutaban de paseos en ese vehículo, como Julia Bosch, quien fue la primera mujer cubana en posar para un fotógrafo montada en bicicleta. Sin embargo, no fue hasta 1894 que Antonia Martínez, conocida como “Titina”, causó gran revuelo en las calles de La Habana al recorrerlas en una bicicleta de la época.

El 12 de noviembre de 1894, una joven impresionante provocó conmoción en las calles de La Habana colonial. Antonia Martínez, apodada “Titina”, se convirtió en la pionera en montar una bicicleta en la ciudad, lo que la hizo una leyenda local. La sorprendente escena dejó a los habitantes de La Habana boquiabiertos, y rápidamente se convirtió en el tema de conversación de la ciudad.

Se dice que mientras pedaleaba, Titina Martínez fue objeto de burlas, insultos, agresiones y groserías, lo que llevó al semanario “La Carta del Sábado” a publicar una advertencia seria y amenazas contra las mujeres que se atrevieran a participar en actos de libertinaje y exhibicionismo.

La Carta del Sábado la describió como un “fenómeno”. Además, recordaba que la función de la mujer “debe estar dentro del hogar, del cual ha de ser el ángel custodio de todas las felicidades”. A estas palabras se sumó pronta una cancioncilla misógina que decía: “Titina, oh Titina, montando en bicicleta / y al doblar una esquina, se le ponchó una teta (…)”.

No obstante, un número creciente de mujeres comenzó a montar en bicicleta, algunas incluso se atrevieron a cortarse el cabello, usar blusas sin mangas o mostrar sus tobillos, sorprendiendo a más de un caballero.

En 1880, Claudio Graña, un comerciante español, introdujo la primera bicicleta en Cuba. Se trataba de un vehículo pesado con una rueda delantera de tamaño humano y una pequeña rueda trasera. Para 1895, se establecieron los primeros clubes ciclistas en Cienfuegos, Cárdenas, Sagua la Grande, Güines, Matanzas y La Habana. Así, casi 15 años después de la introducción de este medio de transporte en Cuba, las mujeres empezaron a montarlo, aunque no sin causar revuelo.

En una carta dirigida a la periodista, sufragista y feminista María Collado, Titina explicó años después que su elección no fue casual. Estaba convencida de que las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres para disfrutar de los espacios públicos y montar en bicicleta, actuando así como cualquier mujer verdaderamente libre debería hacerlo.

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