Foto: EICTV_Cuba | Twitter
Este lunes 25 de marzo, la revista El Estornudo publicó un extenso reportaje que volvió a sacar a la luz una serie de abusos sexuales perpetrados en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV). Tres días después, el centro tuvo que emitir un comunicado en el que reconocía varios de los casos expuestos por las testimoniantes al medio.
La investigación para este trabajo periodístico comenzó en 2022 y recoge esencialmente cuatro testimonios de mujeres de diversas nacionalidades que estudiaron en la EICTV durante la última década. También se incluye la «reconstrucción del infructuoso y revictimizante proceso de denuncia de una de ellas ante la dirección de la Escuela y, posteriormente, ante las autoridades policiales cubanas», según afirma el reportaje.
En respuesta, la dirección de la escuela publicó en su sitio web y en sus redes sociales un comunicado titulado «Larga vida a la utopía», en el que expresó su preocupación por las denuncias, describiendo los testimonios como “dolorosos” y reiterando su “disposición a sanar estas situaciones”.
Parte de lo que se mencionó:
Desde que ocurrieron algunos de estos hechos, hemos tomado medidas. Implementamos un Protocolo de Convivencia de Paz que incluye instancias de atención para violencia y violencia de género; ofrecemos talleres orientados desde la perspectiva de género; creamos una Oficina de Bienestar para gestionar de manera rápida y ecuánime situaciones de conflicto o violencia; activamos el Comité de Género y el sistema de emergencia Punto Violeta de 24 horas, al que las personas pueden recurrir.
El protocolo, que consideramos en constante evolución, promueve la pluralidad y busca establecer relaciones positivas, respetuosas y equitativas. Establece un modelo de prevención del acoso sexual y un sistema de atención y reparación a las víctimas que incluye apoyo psicológico y médico. También contempla procedimientos para la recepción de denuncias, derivados correspondientes y definiciones del proceso de investigación; un modelo de sanción, así como correctivos y su aplicación, y la apertura a discutir posibles soluciones dentro de la comunidad. Todo este proceso es supervisado por la Oficina de Bienestar, que tiene el objetivo de mantener un entorno seguro.
Con la creación de la Oficina de Bienestar y la implementación del Protocolo, se mantiene un monitoreo consciente y profesional de lo que sucede en nuestra comunidad, trabajando desde la prevención. Los casos atendidos hasta ahora han sido gestionados de manera rápida y efectiva, y se han tomado medidas disciplinarias, administrativas y penales contra los infractores.
En un encuentro reciente con los estudiantes, surgieron nuevas propuestas para avanzar en el desarrollo integral y coherente de nuestra convivencia, así como para reafirmar la perspectiva de género en la creación de proyectos audiovisuales y procesos académicos.
La EICTV de hoy es mejor que la de ayer. El mundo es machista, patriarcal, LGTBfóbico y racista. Desde la escuela, tenemos el compromiso de mantener una comunidad y un audiovisual diferentes, promoviendo una convivencia basada en el respeto y la equidad. Los miembros de la comunidad eicteviana enfrentamos, como siempre, el desafío de repensarnos, de aprender a ser mejores y avanzar para crear una sociedad más inclusiva, igualitaria y sin violencia para todas, todos y todes.
Acción-reacción
Muchos han cuestionado la demora y la falta de acciones concretas hasta la publicación del reportaje que volvió a poner el tema en la opinión pública, a pesar de que estas denuncias eran conocidas por el consejo directivo de la EICTV, e incluso una de las testimoniantes lo hizo público en su perfil de Facebook en su momento.
Además, se supo que uno de los implicados en estas denuncias fue despedido de la agencia brasileña de Edición de Sonido e Imagen para Cine y Televisión «Confraria de Sons & Charutos», para la cual colaboraba. La empresa lo dio a conocer en su Instagram.
La Asamblea de Cineastas Cubanos, por su parte, también se hizo eco del asunto y expuso algunas opiniones enviadas a su correo electrónico: «Si bien es cierto que no son nuevas estas acusaciones en relación a las academias, el ICAIC e incluso el cine independiente cubano, es la primera vez que trasciende la voz de más de una mujer sobreviviente en espacios fuera de las fronteras donde han sido acalladas y revictimizadas tras ser violentadas sexualmente. Vienen con sus ideas de justicia y reparación, que les debemos».
Un reclamo fue el siguiente: “Pedimos a la Asamblea que considere crear un espacio abierto para dialogar sobre violencias sexuales en la cinematografía cubana, en su papel como dinamizadora de una industria en libertades, lo cual no podrá ocurrir mientras se continúen vulnerando las relaciones de poder patriarcal hacia alguna de sus integrantes, hacia alguna cubana…”.
Desde las 10:30 de este sábado, en el Bar Madrigal del Vedado capitalino, Mujeres del Audiovisual en Cuba, junto a la plataforma MeToo Cuba, se han reunido en un espacio para dialogar sobre la coordinación de intimidades en el cine. Al cierre de esta nota, se supo que el espacio aún estaba sesionando y que se prevén otras acciones concretas que se darán a conocer próximamente.