Foto: Cuba Noticias 360
A pesar de las críticas continuas de la población respecto a la deficiente calidad del pan de la canasta básica, el gobierno cubano ha decidido disminuir el tamaño del producto a aproximadamente 60 gramos. Para comprobar que esta medida se está implementando rigurosamente, han iniciado un proceso de inspección en varias panaderías del país.
El propio ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, lo dejó claro en X, utilizando el habitual discurso triunfalista de cualquier dirigente de la Isla: “detectar ilegalidades y evitar violaciones a lo estipulado constituyen el principal propósito de estas acciones para garantizar la entrega de un producto de calidad a la población”, manifestó.
Directivos de su ministerio comenzaron a inspeccionar algunos centros de producción del pan normado, en un contexto de desaprobación y críticas por parte de numerosos consumidores.
Algunos comentarios en el tuit del ministro apuntaban que ni siquiera los inspectores escapan a la corrupción predominante en Cuba. “Tienen que poner cada día un inspector en cada puerta y cambiarlos rápido,” comentó un usuario de manera contundente.
La justificación del gobierno para reducir el peso del pan de 80 a 60 gramos es que esta es la única forma de asegurar que la población pueda adquirlo diariamente, evitando así las dificultades que se reportaron meses atrás.
En algunas zonas de Cuba, esta medida se ha llevado al extremo. De hecho, según un reporte del periodista independiente José Luis Tan Estrada, este fin de semana, en el municipio de Guáimaro, el pan de la canasta básica llegó a pesar solo 50 gramos, en lugar de los 60 gramos aprobados.