Texto: Karla Castillo
Una bebé ha maravillado a los científicos con su llegada al mundo. Aunque nació en octubre, su desarrollo duró 27 años, estableciendo así un nuevo récord para el embrión que estuvo congelado por más tiempo antes de dar vida a un bebé.
Su nombre es Molly Gibson, y el embrión del que nació fue congelado a finales de 1992. En febrero de este año, Tina y Ben Gibson, residentes del estado de Tennessee (EE.UU.), la adoptaron.
Molly estableció un nuevo récord, superando a su hermana mayor, Emma, quien nació dos años antes con un embrión que estuvo congelado durante 24 años. Ambos embriones fueron donados y congelados juntos en 1992, cuando Tina Gibson tenía aproximadamente un año. Por lo tanto, ellas son hermanas biológicas.
Según el NEDC, el embrión de Emma, que tenía 24 años, era el más antiguo en la historia que había generado un nacimiento, hasta que llegó Molly este año.
Los padres continúan sorprendidos por este segundo nacimiento, pero están felices. La pareja luchó durante cerca de cinco años contra la infertilidad antes de enterarse de la posibilidad de adoptar embriones.
Tina es maestra de escuela primaria y su esposo trabaja como analista de seguridad cibernética. Juntos, se pusieron en contacto con el Centro Nacional de Donación de Embriones (NEDC, por sus siglas en inglés), una organización cristiana sin fines de lucro situada en Knoxville, que se encarga del almacenamiento de embriones congelados donados por pacientes que han pasado por tratamientos de fertilización.
A través de este tipo de organizaciones, familias como los Gibson pueden acceder a embriones no utilizados y dar a luz a niños que no están relacionados genéticamente con ellos. Según el NEDC, se estima que hay alrededor de un millón de embriones congelados almacenados en Estados Unidos.
El proceso de adopción es similar al de una adopción tradicional, dejando a las parejas la decisión de optar por una adopción cerrada o abierta, es decir, si desean permitir algún tipo de contacto con la familia donante o no.
Los Gibson han compartido que Emma adora a su hermana pequeña, y las similitudes entre ambas son evidentes, incluyendo una pequeña arruga entre las cejas que aparece cuando están enojadas o molestas.