Foto: Yosvany Martínez
La Habana despertó el pasado viernes con un cielo ‘diferente’ tras el avistamiento de inusuales formas dejadas por un avión, reportadas por varios usuarios en redes sociales. La curiosidad generó varias especulaciones que fueron aclaradas posteriormente por diferentes perfiles, y que ahora el ministro de transporte cubano, Eduardo Rodríguez Dávila, ha querido explicar para poner fin a este ‘misterio’.
Como se informó en ese momento, la niebla había interrumpido las operaciones en el Aeropuerto Internacional José Martí, lo que obligó a un avión procedente de Colombia a desviarse hacia el aeropuerto de Cancún, en México, cuando se disponía a aterrizar en la capital cubana.
Esta aeronave fue precisamente la que dejó la estela observable en el cielo sobre el aeródromo habanero, conocida posteriormente como “estelas de condensación”, formadas por minúsculas partículas de hielo generadas por los gases de escape del avión.
A pesar de la explicación ofrecida por algunos medios estatales sobre estas ‘formas curiosas’, varios continuaron preguntándose la causa de la estela dejada por el avión, así como el motivo del desvío hacia México en lugar de dirigirse a otro aeropuerto de la isla.
Ante esta situación, el ministro cubano optó por publicar en su perfil de Facebook más información sobre el suceso, solicitando datos a la Empresa Cubana de Navegación Aérea (ECNA) “para que se comprendiera mejor lo ocurrido”.
“¿Qué sucedió?”, fue la primera pregunta que respondió Rodríguez Dávila, explicando que el aeropuerto de La Habana amaneció ese día con niebla, “como se había estimado desde la 1:50 am en el pronóstico meteorológico para la zona occidental, información pública para los operadores aéreos”.
Debido a esto, varios de los operadores decidieron “reprogramar la llegada de sus vuelos para horarios posteriores. Considerando que este fenómeno es transitorio, algunos operadores decidieron mantener el horario de sus operaciones y, si era necesario, proceder al aeropuerto alternativo, decisión que solo corresponde a la compañía”.
Luego, se aclaró por qué no era seguro el aterrizaje en tales condiciones. En este sentido, el ministro cubano indicó que para las operaciones aéreas seguras en los aeropuertos se establecen límites, considerando las características de las aeronaves y el equipamiento o ayudas para el aterrizaje presentes en el aeródromo.
“En el caso del Aeropuerto Internacional José Martí, la visibilidad afectada por la niebla era inferior al límite establecido para las operaciones seguras”, añadió.
La elección del aeropuerto mexicano se debió a que el operador había declarado en su plan de vuelo que Cancún era su primer aeropuerto alternativo y, tras cumplir con el tiempo de espera correspondiente, procedió según lo establecido y se dirigió hacia allí.
Sobre las estelas de condensación, se explicó que son principalmente vapor de agua liberado por los motores de los aviones que pasa de estado gaseoso a sólido rápidamente al entrar en contacto con el aire, debido a las bajas temperaturas. “No tienen un tiempo de duración específico, dependen de factores como la humedad y la temperatura en el ambiente”, añadió.
Finalmente, Rodríguez Dávila comentó en la red social que la niebla en el aeropuerto cubano tiene un marcado comportamiento estacional, siendo más frecuente durante el período de escasas lluvias del año (noviembre-abril).
“Los meses con mayor ocurrencia de este fenómeno son enero y febrero. La niebla suele formarse durante la madrugada y extenderse hasta las primeras horas de la mañana. El horario de mayor frecuencia es de 4:00 a.m. (cuando comienza a formarse) hasta las 9:00 a.m. (cuando comienza a disiparse), y se sabe que el pico del fenómeno ocurre alrededor de las 7:00 a.m. El primer vuelo de esa mañana aterrizó normalmente a las 9:06 a.m.”, concluyó el ministro del transporte de Cuba.