Imagen cortesía de Fabelo Studio
Autor: Michel Hernández
Roberto Fabelo se destaca como uno de los artistas cubanos más reconocidos internacionalmente en el ámbito de la pintura, escultura y dibujo. Su nombre se ha convertido en un camino hacia los mundos oníricos de un creador cuyas obras están compuestas por múltiples capas, reflejando una visión muy personal del entorno que lo rodea. En su trabajo no escatima en críticas sociales, utilizando un imaginario simbólico que mezcla seres fantásticos con sus experiencias, influenciadas por las diversas culturas de los países que han acogido su obra a lo largo de los años.
La ciudad de Madrid se ha convertido casi en su segundo hogar. En 2022, presentó la instalación “Sobrevivientes” en Casa América, inspirada en la Metamorfosis de Kafka, que consistía en 12 cucarachas gigantes, a las que la crítica describió como “una advertencia sobre los peligros de dejarse llevar por el ego y el poder”. Esta muestra formó parte de la exposición titulada ‘Mundos. Goya y Fabelo’.
Fabelo regresó a la capital española el 26 de febrero para «inaugurar» su exposición “Grafomanía” en el prestigioso Instituto Cervantes, donde, como lo señaló a Cuba Noticias 360 su director, el reconocido escritor y académico Luis García Montero, es la primera vez que expone allí.
Montero tuvo el honor de presentar la exposición. “Los dibujos de Fabelo están impregnados de literatura, y sus impulsos buscan la meditación, indagando en lo más profundo de la humanidad y lo onírico como medio de conocimiento”, expresó ante el público que se reunió para explorar los imaginarios del artista cubano. En su obra, se entrelazan diversas experiencias relacionadas con la creación y la condición del ser humano, donde se manifiestan los más variados mundos que descansan en su auto-retradicción como “vicioso”, según lo expresó Fabelo en una conversación anterior con este medio.
“He incluido más de 100 dibujos de diferentes formatos y tamaños. Estas obras revelan un poco los entresijos de mi trabajo, el espacio íntimo donde se gestan algunas de mis ideas. Hay dibujos pequeños que datan de los años 80, así como grandes piezas sobre papel kraft que alcanzan casi las dimensiones de un mural”, afirmó Fabelo.
El artista está rodeado de admiradores de su obra, quienes le interrogan sobre su trabajo y reconocen su casi compulsiva capacidad creativa. Fabelo destaca las diferencias y similitudes que caracterizan esta muestra que lo trae nuevamente a Madrid.
“He incluido al menos tres grandes piezas que realicé desde que gané el Premio Internacional de Dibujo en la Bienal de La Habana en 1984, titulada Fragmentos vitales. Aquí hay cuatro de esas obras: sedas en las que he dibujado y metal en forma de caldero. Mi intención es mostrar, tal como lo indica el título de la exposición, mi condición de vicioso, de grafomaníaco. También se encuentra la escultura del rinoceronte, cubierto con dibujos que son ideas espontáneas. Algunos derivan de lecturas, otras han sido ilustraciones para libros, pero la mayoría son de carácter libre. También hay trabajos que hice durante la pandemia, todos reflejan mi enfoque figurativo y la variedad de soportes y técnicas que ilustran mi dinámica como dibujante”.
El artista aclara que en la exposición «hay un Fabelo diverso».
“Hay obras que van desde pequeños tamaños hasta otras de mayor envergadura. Incluyo una pieza relacionada con Kafka y otra con García Márquez. En todas estoy expresando mi esencia. Muestra mi imaginario y mis experiencias personales. Las sedas que he trabajado en profundidad también fueron exhibidas en el Kennedy Center en Washington. Tienen un carácter menos provocativo y disruptivo. Todo lo que presento revela mi ser tanto como humano como artista”.
Fabelo menciona que la exposición, al igual que su obra, mantiene un significado universal sin renunciar a su raíz. Es decir, se refleja su identidad como cubano. Al preguntarle sobre cómo su obra se relaciona con la crisis que vive el país, Fabelo responde que ante tal situación, el arte actúa como sanador y puede traer alivio. En sus palabras de agradecimiento, expresó que “Grafomanía” también está dedicada a los cubanos.
“A nuestra naturaleza de soñadores, idealistas, personas sensuales que disfrutan de la alegría. Soy cubano y he pasado gran parte de mi vida en Cuba. La exposición tiene un carácter universal, pero está dedicada a todos los seres humanos. Siempre hay un mensaje universal que señala que uno ocupa un lugar en el universo y se debe a ese lugar. En este sentido, soy cubano”.
Fabelo se refiere a la cultura en medio de la crisis, diciendo que “la cultura también es pobreza, que está arraigada en la vida misma”.
“Las situaciones de pobreza y precariedad también son parte de la vida, del arte. Primero la vida y después el arte que nos ayuda a moderar nuestra relación con la realidad. El arte tiene una esencia intangible. Es cierto que el arte ejerce un efecto balsámico y emancipador en las personas. No es mi intención, pero se deriva de la existencia misma del arte. Cualquier circunstancia trágica o dramática, ya sea en Cuba, Congo o América, sugiere que el arte tiene una función liberadora, sanadora, que está relacionada con otros factores de gran importancia, por supuesto”.
El destacado artista comparte sus planes para el final del año, en que realizará una exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. “Quiero hacer esta exposición a fin de año en el Museo Nacional. Acabo de cumplir 75 años y me encuentro en un momento crucial; siempre he pospuesto esta muestra, pero ahora la llevaré a cabo”, aseguró, y añadió: “En el Museo de Bellas Artes siempre he presentado mis mejores exposiciones”.
Al iniciar la exposición, Fabelo y el director del Instituto Cervantes depositaron un legado en la Caja de las Letras del Cervantes, que incluye varios de los dibujos exhibidos en “Grafomanía” y una obra de gran formato que se relaciona con El Quijote, titulada “El sueño de Alonso Quijano”.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el 11 de mayo en el Instituto Cervantes, ubicado en la Calle Alcalá 49, en el barrio Justicia.