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Una vez más, Cuba recurre a Rusia en busca de ayuda, y Moscú responde. Rusia enviará a La Habana 80.000 toneladas de diésel por un valor de 60 millones de dólares, además de equipos destinados a aliviar la crisis energética que atraviesa la isla.
La noticia fue proporcionada por el vice primer ministro ruso, Dmitri Chernyshenko, durante una reunión de la Comisión Intergubernamental Rusia-Cuba, la cual debía participar también en la Feria Internacional de La Habana, que fue suspendida.
La asistencia se realiza “por instrucciones de nuestro presidente Vladímir Putin, en respuesta a la actual situación del sector energético de la isla”.
La embajada rusa aclaró que también se enviarán kits de reparación para los equipos energéticos afectados, con un valor de dos millones de dólares, destinados a la entrega de los equipos más necesarios.
El pasado mes de septiembre, se anunciaron «nuevas líneas de crédito y se busca aumentar la cooperación en el ámbito de la seguridad, los servicios especiales y departamentos policiales. Se presta especial atención a la colaboración comercial, económica y de inversión».
Antes de la pandemia, las exportaciones de Rusia a Cuba experimentaron un crecimiento anualizado del 23,7%, pasando de $98,5 millones en 2014 a $285 millones en 2019, según el Observatorio Económico; sin embargo, en los últimos años, el intercambio comercial entre ambos países fue superior en 2022 en comparación con 2023.
Rusia sigue siendo más que un socio estratégico y uno de los principales acreedores económicos y comerciales, actuando como el salvavidas de una isla que se hunde.