Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
La noticia de que los pescados han regresado a varias tiendas de La Habana ha causado gran sorpresa entre los lectores de la capital, al punto de inspirar la creación de una lista de proteínas que han desaparecido en Cuba, aquellas que, debido a su alto costo o escasez, son cada vez más difíciles de encontrar en la mesa diaria.
La producción de alimentos en Cuba enfrenta momentos complicados. Hace algunas décadas, la isla contaba con una cabeza de ganado por cada habitante y entre 2010 y 2017 no era necesario importar carne de cerdo. Sin embargo, hoy en día es complicado lograr una alimentación adecuada para una familia si se basa únicamente en el salario promedio, y ni qué decir del salario mínimo.
Tres de las proteínas más difíciles de encontrar
La carne roja:
La carne de res es la primera en la que se piensa al mencionar las carnes rojas, aunque este término también incluye al cordero, venado, carnero, caballo y cabra. En la actualidad, el costo de una libra de carne de vaca supera los 800 pesos en el mercado informal, y además de ser escasa, en muchos casos no se puede verificar su origen legal, sino que proviene del hurto y sacrificio de ganado.
En las tiendas que operan en moneda libremente convertible (MLC), su disponibilidad es escasa y el precio por kilogramo es aún más elevado. El picadillo de res es la opción más común, aunque menos que el de pollo o soya.
El pescado
Generalmente, el pescado es más fácil de conseguir en los pueblos rurales cercanos a ríos, o en comunidades pesqueras para consumo local. Sin embargo, en el resto del país, su compra no es nada sencilla, por lo que no abunda en la mesa del cubano.
Durante varias décadas, el pescado formó parte de la canasta básica mensual, pero luego fue reemplazado por pollo, lo que dio origen a la famosa frase “pollo por pescado”.
El gobierno cubano sostiene que la escasez de este alimento se debe a la insuficiente población de peces en las aguas nacionales, resultado de la sobreexplotación y el cambio climático. La alternativa, la acuicultura, consiste en cultivar peces en presas y otros ambientes controlados, como tanques o instalaciones especializadas, pero los volúmenes de producción anuales no logran mantener una oferta estable.
Antes de la pandemia, La Habana experimentó un “boom” de claria, pero durante y después de esta, ese pez ha vuelto a desaparecer de las pescaderías habaneras, donde lo más común que se vende son croquetas de masa de pescado.
El huevo
El huevo es uno de los alimentos preferidos por los cubanos y, hasta hace poco, se consideraba un “salvavidas” para la dieta diaria. Además de los que se venden por el Estado en la cuota mensual, era posible adquirir otros de manera libre, a un precio de aproximadamente 45 pesos el cartón con 30 unidades.
Sin embargo, en los últimos años, su disponibilidad ha disminuido drásticamente, llegando a costar entre dos mil 800 y tres mil pesos el mismo cartón de huevos que antes se podía comprar por 45. Actualmente, en la cuota se ofrecen apenas cinco huevos por persona al mes, situación comprensible si se considera que, en 2022, en provincias productoras como Santiago de Cuba o Villa Clara, solo se obtuvo el 50% de los huevos previstos. Ante esta situación, muchos cubanos no pueden permitirse el lujo de consumir huevos más allá de la libreta de abastecimiento.
¿Te vienen a la mente otros alimentos que deberían incluirse en esta lista?