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Sancti Spíritus es una de las cuatro provincias cubanas que carece de un incinerador de cadáveres para ofrecer el doloroso servicio de cremación y es, posiblemente, el único lugar en la isla y en todo el mundo donde se pretende construir una instalación de este tipo, con tantos requisitos y especificaciones técnicas, ignorando por completo la opinión de los expertos. En realidad, se está obviando olímpicamente el dictamen de los especialistas.
El tema se venía gestando lentamente entre los funcionarios de Comunales en esta provincia central, quienes a principios de año asumieron que el incinerador se levantaría de inmediato y no en el lugar recomendado por los expertos; sin embargo, fue hace apenas unos días cuando el asunto saltó a las redes sociales y, como era de esperar, generó un gran revuelo.
Según fuentes de la Dirección Provincial de Higiene en Sancti Spíritus consultadas por la prensa local, hace unos años se aprobó una parcela para la ubicación del incinerador en una zona periférica de la ciudad, en la salida hacia Jatibonico por la Carretera Central, y el proyecto inicial también contemplaba la construcción de un nuevo cementerio.
En dos ocasiones, la propuesta recibió el visto bueno de la Comisión de Compatibilización, que es la instancia autorizada para certificar este tipo de obras; sin embargo, los inversionistas ahora sostienen que han pasado más de dos años y, dado que había que comenzar la ejecución desde cero, buscaron otro lugar que les resultara más económico.
Ese «otro lugar», no obstante, no cumple con algunos requerimientos, incluyendo el delicado tema de cómo garantizar que las emisiones de gases a la atmósfera sean seguras.
Varios miembros de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) en Sancti Spíritus expresan su preocupación, ya que consideran que la primera microlocalización del crematorio era la más adecuada, pues cumplía con los requisitos para este tipo de instalación y además disponía de suficiente espacio para satisfacer la urgente necesidad de un nuevo cementerio en la capital provincial.
La inconformidad de estos especialistas se centra, principalmente, en la proximidad de la nueva construcción a un área residencial y a la zona industrial, denominada «limpia», que está reservada dentro del Plan General de Ordenamiento Urbano de Sancti Spíritus para las grandes instalaciones de producción de alimentos existentes.
Otros expertos de la UNAICC enfatizan que la correcta ubicación de este tipo de instalación debe ser donde prevalezcan los vientos en dirección contraria a las zonas pobladas y no al revés, como es el caso actual. Aunque los inversionistas defienden la idea de que se trata de una tecnología moderna y que el crematorio no contaminará, sigue siendo un error concebir la ubicación de una inversión de este tipo basándose únicamente en fundamentos tecnológicos.
Nadie puede garantizar, considerando la precariedad financiera de la isla, que se otorgue al crematorio y su tecnología avanzada, por muy moderna que sea, el mantenimiento adecuado.
Para justificar la decisión del nuevo emplazamiento, Yoel Aquiles Martínez, director de la Unidad Provincial de Servicios Necrológicos de Sancti Spíritus, ha explicado en más de una ocasión que el incinerador contará con dos quemadores de gas: uno en la parte inferior, donde se realiza la primera cremación del fallecido, y un segundo situado en la torre, donde se incineran los gases que puedan ascender a la atmósfera, por lo que solo se emitiría vapor.
No obstante, el argumento económico surge como el verdadero motor detrás del cambio de ubicación: «El crematorio que proponemos está diseñado a un costo que reduce en unos 5 millones de pesos la ejecución, si comenzáramos desde cero. Estaríamos disminuyendo considerablemente el costo de la inversión, por eso seguimos insistiendo en utilizar esa estructura que hoy está en desuso», defiende Aquiles Martínez. «Reconozco que es un tema delicado, pero lo cierto es que el acto de la cremación solo se realiza al fallecido, no a la caja, ni a las prendas de vestir o a ningún otro elemento que contamine».
Mientras los expertos se mantienen firmes, argumentando con criterios científicos a favor del proyecto inicial, los habitantes de Sancti Spíritus expresan su opinión sobre un asunto que les resulta altamente sensible.
En los foros digitales, el técnico en ordenamiento territorial Everardo Marrero ha afirmado: «Este asunto no debería ser motivo de debate, pues la nueva ubicación infringe todas las normas. Recurrir a argumentos de ahorro en este caso no es correcto; la salud de los vivos y la protección del medio ambiente invalidan todas las presiones».
Por su parte, el usuario Bismarck ha ofrecido un comentario contundente que, para algunos, podría resumir la magnitud del dilema: «Las normas técnicas son elaboradas por personal altamente calificado teniendo en cuenta numerosos factores y consultando varios organismos estatales, ajustándose a las características de Cuba, especialmente cuando estamos comprometidos con preservar el medio ambiente. Me resulta irracional que funcionarios públicos no respeten esas normas. No hay nada más peligroso que un ignorante con poder».