Se lanzan procedimientos judiciales por agresiones contra autoridades e inspectores en Cuba.

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Foto: RL Hevia

La Fiscalía General de la República ha comunicado que se están llevando a cabo procesos penales por delitos de atentado, desórdenes públicos y daños como resultado de agresiones hacia autoridades e inspectores en La Habana, Mayabeque y Ciego de Ávila.

Debido a estos incidentes, que han ocasionado lesiones y alteraciones del orden público, se ha decidido imponer la medida cautelar de prisión provisional a los acusados presentados por los órganos de investigación del Ministerio del Interior.

Además, se continúa trabajando en la investigación y finalización de los procesos penales para su presentación ante los tribunales.

No obstante, una vez más, el Gobierno se enfoca en emitir notas escuetas que no ofrecen la información necesaria, ni respecto a las causas ni a los eventos reales ocurridos.

Los acontecimientos tuvieron lugar en medio de una crisis, especialmente en La Habana y Mayabeque, exacerbada por los apagones que han afectado a ambas provincias tras el paso del Huracán Rafael por el occidente del país.

Amplias zonas de La Habana siguen sumidas en una total oscuridad desde el pasado jueves (más de 80 horas), lo que ha llevado a que en algunas áreas como Nuevo Vedado se escuchen cacerolazos exigiendo dos servicios fundamentales: electricidad y agua.

La Fiscalía indicó que las acciones realizadas en los territorios para la recuperación, mantenimiento de la vitalidad y la prestación de servicios deben ir acompañadas de un clima de orden, disciplina y respeto hacia las autoridades, funcionarios, sus agentes o auxiliares, quienes, en cumplimiento de sus deberes, actúan en la organización de actividades vitales, el control y la preservación de la legalidad.

Que este organismo de control reitere a los ciudadanos «la necesidad del respeto a la legalidad socialista, el ejercicio adecuado de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes, así como de la correcta observancia de las normas de convivencia social», parece más bien una amenaza a todo aquel que intente realizar el más mínimo acto de cualquier tipo.

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