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Cuba e Irán, dos naciones aliadas sancionadas por Estados Unidos, presentan enfoques diferentes ante la COVID-19.
Texto: Darcy Borrero
Varios líderes mundiales, incluidos jefes de estado, expresidentes y artistas de renombre, han dado a conocer su vacunación contra la COVID-19, lo que se ha interpretado como un acto para fomentar la confianza en las vacunas entre las poblaciones de sus respectivos países.
Entre los líderes que han anunciado su inmunización con vacunas aprobadas, al menos para uso de emergencia, se encuentran Vladimir Putin (Rusia), Joe Biden (EEUU), Andrés Manuel López Obrador (AMLO, México), Boris Johnson (Reino Unido), Jean Castex (Francia), Moon Jae-in (Corea del Sur), Mario Draghi (Italia), Ángela Merkel (Alemania), Justin Trudeau (Canadá) y Prayuth Chan-o-Cha (Tailandia).
Este viernes 25 de junio fue el turno del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, quien recibió su primera dosis de una vacuna contra la COVID-19 desarrollada en el país, según reportó la televisión estatal.
La cobertura de la prensa, especialmente por parte de la agencia de noticias Reuters, mostró esto como parte de “un esfuerzo del país para acelerar la vacunación”, destacando que la televisión local transmitió a “Khamenei, de 82 años, recibiendo lo que indicó era la vacuna COVIran Barakat, creada por un consorcio estatal y aprobada para uso público a principios de este mes”.
Irán, una nación con 83 millones de habitantes, ha reportado 83.588 muertes por coronavirus, la cifra más alta de la región de Oriente Medio. En este contexto, ha estado negociando con Cuba para investigar, producir y adquirir al menos uno de los candidatos vacunales de la isla caribeña. Similar a Cuba, Irán enfrenta sanciones impuestas por Estados Unidos, y el gobierno del presidente saliente, Hassan Rouhani, sostiene que la lenta campaña de vacunación es resultado de las sanciones que “obstaculizan los esfuerzos para adquirir vacunas extranjeras” y de “los retrasos en las entregas”.
A pesar de esto, resulta curioso que mientras el líder supremo iraní publicita su “vacunación” con un candidato vacunal nacional (COVIran, cuyos ensayos en humanos comenzaron en diciembre), en Cuba, los socios ideológicos y comerciales de los gobernantes iraníes no han seguido la tendencia de recibir dosis de sus propias vacunas candidatas como medio para generar confianza en la población. Esto es especialmente notable en un entorno mediático donde es difícil distinguir entre propaganda y logros científicos.
A pesar de que los candidatos vacunales cubanos aún no han sido aprobados para uso de emergencia por el CECMED, los líderes del archipiélago caribeño tampoco se han mostrado recibiendo dosis de Abdala o Soberana 02, los más avanzados en la fase 3 de ensayos clínicos. Estos han comenzado a ser administrados en intervenciones sanitarias que involucraron a miles de personas, a pesar de no contar con resultados de fase 3 ni publicaciones científicas sobre los ensayos en humanos.
La OMS clasifica las candidatas a vacunas cubanas como “en espera de información sobre estrategia y plazos para su presentación”.
Reuters informa que desde diciembre se han iniciado en Irán ensayos clínicos de al menos tres vacunas adicionales, aunque no especifica si alguna de ellas incluye las vacunas cubanas.
Mientras tanto, el proceso de vacunación en Irán avanza con el uso de vacunas importadas, a pesar de que en enero Khamenei prohibió a los funcionarios de salud importar vacunas de producción estadounidense y británica, afirmando que no eran confiables y “podrían ser utilizadas para propagar la infección a otros países”.
Así, las vacunas que se están utilizando, según las autoridades, son importadas, además de la nacional COVIran Barakat y la Sputnik V de Rusia, que se produce localmente, y “una vacuna producida conjuntamente con Cuba”.
Un aspecto en el que la estrategia iraní difiere de la cubana es la participación de Irán en el mecanismo COVAX, parte de la alianza de vacunas GAVI y la Organización Mundial de la Salud, que tiene como objetivo “asegurar el acceso equitativo a las vacunas para los países más necesitados”.