Seria crisis de transporte en La Habana: más de 400 autobuses fuera de servicio

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Foto: Cuba Noticias 360

El transporte en el país es un asunto que no pasa desapercibido. Los indicadores relacionados con la transportación de pasajeros muestran un descenso a nivel nacional desde hace varios años, lo que afecta gravemente la movilidad.

En particular, La Habana enfrenta uno de sus momentos más críticos, lo que refleja que la situación en el país es aún más grave, ya que muchos consideran que la capital debería ser la prioridad.

Por lo tanto, que las autoridades del Ministerio de Transporte reconozcan la crisis evidencia que es un problema serio; no obstante, basta con salir a las calles para constatarlo, en lugar de limitarse a mencionarlo en reuniones.

Según fuentes de medios estatales, se informó en el balance del Transporte que en la capital «hay 461 ómnibus paralizados, lo que ha provocado una reducción drástica en el número de viajes y de pasajeros a diario».

Si consideramos que el coeficiente de disponibilidad técnica de los ómnibus sigue siendo bajo y que, según datos de años anteriores del propio ministerio, la cantidad de ómnibus en La Habana superaba apenas los 500, la situación resulta alarmante.

En abril de 2024, el ministro del sector admitió la difícil condición en el transporte de pasajeros. «Hace cinco años, en Cuba se transportaban alrededor de 5,8 o 5,9 millones de pasajeros diarios, y hoy esa cifra ha caído a 2,7 millones».

Factores externos y falta de soluciones efectivas

El gobierno cubano ha achacado los problemas de transporte al impacto del bloqueo estadounidense, a la crisis global de combustibles y a la escasez de recursos. Sin embargo, los ciudadanos critican la falta de planificación y la ineficiencia administrativa que han empeorado la situación.

A pesar de los intentos por implementar soluciones como el uso de triciclos eléctricos o la importación de nuevos autobuses desde naciones aliadas para sectores específicos, la realidad es que estos esfuerzos resultan insuficientes ante la magnitud del problema.

Los cubanos continúan lidiando con un sistema de transporte que no satisface sus necesidades y que, en lugar de mejorar, parece deteriorarse con el tiempo.

La movilidad urbana en la capital necesita más que medidas temporales; requiere una reevaluación profunda que garantice un servicio digno, eficiente y accesible para todos.

Mientras el gobierno no lleve a cabo reformas estructurales en el sector, el transporte en La Habana (y en el país en general) seguirá siendo una carga para los ciudadanos.

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