Foto: RL Hevia
Texto: Hugo León
El 31 de diciembre se vive de múltiples maneras en Cuba, y no solo se trata de la deliciosa cena que cierra el día. Aunque esta es sin duda importante, es solo la culminación de diversas actividades que se comparten en familia y con amigos a lo largo de la jornada, al menos así ha sido tradicionalmente.
Algunos se entretienen jugando a las películas o a las cartas, otros prefieren el parchís o las damas, algunos optan por «la botellita» o «yo nunca», pero el juego que ostenta el primer lugar en las celebraciones cubanas es, sin lugar a dudas, el dominó.
Así es, aunque el béisbol es el deporte nacional de Cuba, el dominó tiene una popularidad comparable y es disfrutado por millones de cubanos tanto en la isla como en el extranjero desde la infancia. Además, a diferencia del béisbol, para disfrutar de un buen juego de dominó solo se necesita una ocasión, una mesa y un lugar cómodo para sentarse… y la celebración ya está en marcha.
Mientras algunos cuidan la carne y otros se destacan en la cocina preparando tostones, frituras y otros platos, en la mesa de dominó es donde se vive intensamente la competencia con las 55 fichas y los puntos, al ritmo de los comentarios humorísticos y las discusiones que siempre acompañan el juego.
El dominó en Cuba, una tradición que se disfruta
No hay una claridad absoluta sobre cuándo ni cómo llegó el dominó a Cuba. Algunos sostienen que los chinos fueron quienes lo introdujeron, pero lo que es indudable es que, a lo largo de los años, la pasión por este juego ha echado raíces profundas entre los cubanos.
“Cinco-mer no se puede vivir”, “el duque”, “la que inca”, “Nuevitas puerto de mar”… estas y otras expresiones típicas, junto con la algarabía de una jugada complicada o un buen pegue, aportan un toque aún más auténtico a este pasatiempo. Siempre habrá quien diga que el dominó fue inventado por un mudo, pero en Cuba la historia es diferente: sin bulla no hay dominó, y sin dominó no hay celebración.
La modalidad tradicional de 28 fichas, conocida como cabeza americana, se juega en competencias internacionales y es la más frecuente en la región oriental del país. Sin embargo, en el occidente y centro de Cuba, se juega con 55 fichas, desde el doble blanco hasta el doble nueve.
Lo relevante, sin embargo, no es tanto la cantidad de fichas, sino el ambiente festivo y de alegría que se genera alrededor de la mesa. A pesar de las dificultades, el cubano es por naturaleza una persona fiestera, alegre y que disfruta compartir, y qué mejor forma de hacerlo que jugando con amigos y seres queridos en cualquier ocasión que surja.
De esta forma, este año, al darle agua al dominó en cada hogar, se estará diciendo adiós a un 2023 complicado y dando la bienvenida a un nuevo año que seguramente traerá nuevos desafíos, pero también nuevas razones para celebrar.
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