Tarifas eléctricas en Cuba para 2021 | Cuba Noticias 360

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Foto: Manuel Larrañaga

Texto: Darcy Borrero

Además de enfrentar el desabastecimiento crónico, los habitantes de Cuba deberán lidiar, a partir de enero próximo, con la frustración que generan los elevados precios de la electricidad establecidos en la llamada tarea de Ordenamiento. Con la eliminación del CUC, y una especie de inflación ‘implícita’ en la economía, tanto los salarios como los servicios se sitúan en los ‘miles’ de pesos, lo que dificultará que los cubanos y cubanas logren un saldo favorable.

Las autoridades recomiendan a la población el ‘ahorro’ en un contexto que no muestra signos de mejora. Aunque la tasa oficial de cambio está fijada en 24 CUP por dólar, en el mercado informal —donde es posible adquirir dólares en el país— el valor de cada unidad de esta divisa alcanza hasta 40 CUP. En este panorama, permanecen las tiendas que operan en Moneda Libremente Convertible, donde los productos de ‘alta gama’ solo son accesibles para una parte de la población. Afortunadamente, allí no se comercializa electricidad, pero sí electrodomésticos que, al igual que algunos productos de higiene y alimentación, escasean o ni siquiera están disponibles en otros mercados.

Sin embargo, lo que más irrita actualmente a los residentes de la isla, especialmente a aquellos que nacieron y crecieron allí, es la tendencia a ocultar la situación: esto es, disimular el impacto de la creciente escalada de precios en mercancías y servicios, sobre todo en lo que refiere a la electricidad en los hogares, detrás de un aumento salarial.

A diferencia de otros países que aplican una tarifa uniforme por kilovatio-hora, en Cuba se utiliza una escala ascendente de tarifas que multiplica por cinco los precios actualmente vigentes. En una tabla de precios eléctricos para hogares, con datos de marzo de 2020 expresados en kWh por dólar estadounidense, la nación caribeña presenta valores mínimos de 0.01, similar a países como Venezuela y Sudán, mientras que otros como España y Estados Unidos muestran valores de 0.24 y 0.15, respectivamente.

Sin embargo, a partir del 1 de enero, los precios en Cuba aumentarán de forma escalonada, comenzando desde 40 centavos y llegando hasta 16.75 (0.69 dólares) por kilovatio-hora. El consumo mensual promedio oscilará entre 40 y 117 267 mil pesos, equivalentes a 1.66 a 4886 dólares.

La comparación de estos valores mínimos y máximos en Cuba, dentro de un contexto internacional, genera interpretaciones controvertidas. No existe en la isla una distinción entre tarifas para el consumo doméstico y para negocios. En Estados Unidos, por ejemplo, el precio para hogares es de 0.147 USD por kWh, mientras que para negocios es de 0.105 USD por kWh.

La tabla mencionada también incluye promedios mundiales: el costo promedio del consumo hogareño a nivel global es de 0.141 USD por kWh, y para negocios es de 0.126 USD por kWh.

Sin embargo, todos estos datos son insuficientes para calcular realmente el gasto en servicio eléctrico que enfrentan las familias en cada país. En términos abstractos, los números solo indican que el costo es más alto en un país que en otro, pero sin evaluar salarios, el valor de las monedas nacionales o el PIB, no se puede determinar en dónde resulta más costoso para los usuarios o clientes.

Aun así, los dirigentes cubanos aparecen en programas de la televisión estatal y afirman que, a pesar del incremento en las tarifas, el servicio eléctrico sigue siendo subsidiado en el país, ahora en un 50%.

“Debemos entender que el costo de la electricidad es muy elevado. Los que tienen menos ingresos, proporcionalmente, quedan mejor que antes, y el 50% de la factura lo cubre el Estado”, expresó Marino Murillo Jorge, quien lidera el proceso de ordenamiento monetario, en un programa de la Mesa Redonda.

En ese mismo espacio, comparó: “Yo consumo 500 KW y por ellos pago 459 pesos con la tarifa actual. Con la nueva, pagaré 2 267. Eso es cierto, pero 500 KW es bastante… Y yo gano 425 pesos, y voy a ganar 3 585, por lo tanto, es realmente mucho lo que tendré que destinar de mis ingresos para el pago de la electricidad”.

Murillo, en un tono paternalista y condescendiente, continuó: “Me pregunto, si hoy gana 425, ¿cómo puede pagar 459 de electricidad? No creo que haya mala intención, pero no se puede comparar con ‘mi salario’, hay que hacer la comparación con los ingresos del núcleo familiar”.

A estas declaraciones, numerosos usuarios indignados respondieron en redes sociales: “Sucede que aunque cobren 50 000 pesos en moneda nacional por núcleo familiar por el servicio eléctrico, eso no equivale a poder comprar ni un litro de petróleo en el mercado internacional, sencillamente porque el peso cubano no tiene respaldo en divisas y no tiene capacidad de canje fuera del Banco Central de Cuba. La tasa de cambio es ficticia, decretada, y con 24 pesos no se puede comprar un dólar en ninguna parte, ni siquiera en Cuba”, comentó uno de ellos.

Agregó que la única manera de revalorizar el peso es aumentar la producción de bienes y servicios de tal forma que se eleve el PIB y sugirió que eso se puede lograr descentralizando el comercio, la agricultura, la pesca y todo lo que no deba ser función del Estado, liberando las fuerzas productivas y promoviendo la creación y productividad de pequeñas, medianas y grandes empresas.

—Entonces, ¿para qué sirve esta tarifa eléctrica? —se cuestionó el usuario, respondiendo retóricamente:

—Muy sencillo: para exprimir al pueblo y limitar el gasto de compra al reducir drásticamente el uso del servicio, lo que resulta en un apagón institucionalizado.

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