Foto: Roy Leyra/CN360
Si bien es común escuchar sobre las nuevas variantes y cepas del coronavirus, en esta ocasión, otra enfermedad ha generado alarmas a nivel internacional.
Se trata de flurona, que se refiere a la coincidencia de COVID-19 y gripe en un mismo paciente. Su nombre es una combinación de «flu», que significa gripe en inglés, y «corona», relacionado con el coronavirus.
La flurona no es considerada una nueva cepa del COVID-19. Según la página oficial de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), tanto la gripe como el coronavirus son enfermedades respiratorias contagiosas causadas por diferentes virus, por lo que no se considera una variante del Sars-CoV-2.
Los CDC indican que algunos síntomas de la gripe y el coronavirus son similares, por lo que no se recomienda basarse únicamente en ellos para diferenciarlas. Como publicó la entidad sanitaria: “Las personas pueden infectarse al mismo tiempo con el virus de la gripe y el que causa el COVID-19, presentando síntomas de ambas enfermedades”.
Una similitud entre estas enfermedades es su vía de transmisión, ya que el contagio ocurre a través de las partículas grandes y pequeñas que se dispersan cuando alguien habla, tose o estornuda. La diferencia, según los CDC, es que el COVID-19 tiene una mayor capacidad de propagación.
Por esta razón, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades enfatiza que, conforme más personas se vacunan por completo contra el COVID, la propagación del virus debería disminuir.
La Organización Mundial de la Salud también ha abordado este tema y ha confirmado la posibilidad de contraer ambas enfermedades simultáneamente. Además, destaca las similitudes en los síntomas, que incluyen tos, secreción nasal, fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza y fatiga. Asimismo, subraya que la vacunación es la forma más efectiva de prevenir hospitalizaciones y casos graves de COVID-19 e influenza.
Entre los consejos ofrecidos por esta autoridad sanitaria internacional para prevenir enfermedades, se incluye mantener un distanciamiento social de al menos un metro, usar nasobucos, evitar lugares muy concurridos y mal ventilados, y lavarse las manos con frecuencia.
Los grupos de riesgo que tienen mayor probabilidad de verse afectados por la flurona incluyen a personas mayores, individuos con afecciones médicas preexistentes (incluidos niños) y mujeres embarazadas.
Israel ya ha diagnosticado su primer caso de flurona, detectado en una mujer embarazada que no estaba vacunada contra ninguna de las enfermedades. La mujer, de alrededor de 30 años, se encuentra estable y, según medios internacionales, fue dada de alta.
Su caso está siendo estudiado, y el Ministerio de Salud de Israel señala que es probable que otros pacientes hayan contraído esta infección, aunque aún no han sido diagnosticados.