¿Cuál es la historia detrás del monumento a los bomberos en la Necrópolis de Colón?
Texto: Hugo León
Con el propósito de rendir homenaje a la labor y el sacrificio de los bomberos cubanos que han entregado sus vidas en el cumplimiento del deber más noble y humano, se erige en la vía principal de la Necrópolis de Colón el monumento más alto de este cementerio, dedicado a aquellos que fallecieron apagando el trágico incendio de la ferretería Isasi, en La Habana, y extendido como homenaje a todos los que han perdido la vida luchando contra el fuego en la nación.
El siniestro ocurrido en 1890 conmovió a todo el país, resultando en la muerte de cerca de treinta personas, en su mayoría bomberos y agentes del orden público, y dejando más de 100 heridos. En este incidente, perdieron la vida nueve bomberos del municipio y otros 17 de los cuerpos de bomberos del Comercio. Frente a esta tragedia, el Diario de la Marina convocó un concurso para erigir un monumento en el principal cementerio del país, según información proporcionada por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
De acuerdo con los registros del Cementerio de Colón, la obra fue concebida por el arquitecto Julio M. Zapata y el escultor Agustín Querol, ambos de origen español, y el proyecto se inició en 1892. Esta impresionante obra fue inaugurada en julio de 1897 y es considerada, por muchos, como uno de los conjuntos escultóricos más impactantes de la necrópolis, que ya cuenta con una rica colección de esculturas y monumentos bellos.
Es imposible recorrer esa calle sin que la vista se detenga en la imponente estructura que se eleva a 10 metros del suelo, como si intentara elevar hacia el cielo el alma de los cuerpos que custodia.
Un ángel alado y con los ojos vendados preside el conjunto. Se trata del Ángel de la Fe, que sostiene el cuerpo de un bombero caído, mientras levanta su mano izquierda hacia la inmensidad, ofreciendo a la eternidad la vida heroica que deja la Tierra, sin que se borre el recuerdo de un país afligido por su sacrificio.
El ángel está situado sobre una columna central en forma de obelisco, que reposa sobre un sarcófago de mármol, rodeado por cuatro figuras femeninas que simbolizan la Abnegación, el Dolor, el Heroísmo y el Martirio, de acuerdo con especialistas del camposanto.
La obra también es notable por los 28 rostros esculpidos en medallones de mármol, que pertenecen a los héroes caídos. Según los historiadores del lugar, ante la falta de información sobre el rostro de uno de ellos, el escultor decidió utilizar su propia apariencia y esculpir su rostro en uno de los nichos.
Han transcurrido 125 años desde la inauguración del monumento y, hasta hoy, ningún incendio en Cuba había causado la pérdida de tantas vidas de bomberos. Nuevamente, Cuba observa a estos, sus valiosos hijos, enfrentándose al peligro al intentar sofocar las intensas y caprichosas llamas que devoran una parte de la zona industrial de Matanzas, oscureciendo el cielo en la región occidental del país.
Once millones de cubanos en la isla, junto a muchos más que residen en el exterior, los miran con orgullo y admiración.
No obstante, el pueblo también llora la pérdida de sus caídos, y en estas horas se tiene noticia de un bombero de Cienfuegos que ha fallecido y de otros 17 desaparecidos hace dos días, además de varios heridos en estado crítico.
En el Cementerio de Colón se alza este hermoso y desgarrador monumento, que hoy es recordado por muchos ante la actual situación de dolor y vigilia constante que vive la isla.