Un lecho para tres | Relato periodístico

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Texto: Jorge Suñol

Aquella noche fue increíblemente divertida, placentera, bueno, la palabra que realmente la describe es: excitante. No fue algo planeado. Simplemente sucedió y le agradó. Tuvo relaciones sexuales con dos amigos tras salir de una fiesta.

Ernesto, de 26 años, me narra todo sin secretos, como si fuera un tema habitual. Pero esta no fue su única vivencia, ya que tiempo después, con una relación más estable, decidió repetir la experiencia, esta vez de manera consensuada para evitar cualquier celos.

Esto ocurrió en un sex club, un evento algo público. Ernesto no es cubano; me escribe desde España, donde parece que la gente es más abierta respecto a estos temas, es decir, receptivos, no me malinterpreten.

Él dice que estaría dispuesto a intentarlo de nuevo, pero en un entorno más tranquilo y con alguien que conozca, siempre asegurándose de que su pareja esté de acuerdo previamente. Algunas relaciones identifican estos juegos como “vitaminas” o “alicientes” que les permiten salir de la rutina y probar nuevas experiencias.

Existen quienes piensan que el sexo es exclusivamente para dos personas; sin embargo, otros buscan morbo, placer o simplemente se atreven a explorar una nueva perspectiva. Algunos estudios sugieren que ofrece un nivel de excitación mucho mayor, tanto al tener sexo con una nueva persona como al ver a tu pareja manteniendo relaciones con alguien más.

Sobre los tríos sexuales hay tantas opiniones como posiciones en la cama. Ahora no entraremos en el tema de los triángulos amorosos, que podrían surgir de aquí, eso lo sabemos. Olvidemos a los sentimentalistas.

Mario, de 27 años, no tuvo tan buena experiencia: “Solo lo hice para probar”. Fue con una chica conocida y un amigo gay. Me cuenta que todo fue una cuestión de turnos. Se la iban rotando. Después de eyacular la primera vez, relativamente rápido, no pudo conseguir una segunda erección. Eso le resultó molesto, ya que realmente no deseaba continuar.

Es que del impulso al disfrute hay un camino largo, igual que del dicho al hecho, y de la fantasía a la realidad. Al igual que sucede en la vida, los tríos pueden tener desventajas, lo cual puede parecer aún más relevante si se da entre una pareja. Existe el riesgo de que uno de los miembros del trío empiece a mostrar una preferencia mayor por otro, y posiblemente algunos puedan malinterpretarlo como un permiso para la infidelidad.

También se corre el riesgo de que, una vez que se ha experimentado, la sexualidad se torne desafiante, ya que genera un alto nivel de excitación, expectativa y ansiedad. Esto puede llevar a que las personas no se sientan satisfechas con una sexualidad “normal”.

“Es una forma diferente de sentir placer con tu pareja. Supongo que es mejor cuando lo haces con una relación más estable. Casi todos fantaseamos con tener tríos. Pueden ser una manera de romper la rutina en la pareja; no tiene que ver con la infidelidad, es solo otro juego sexual, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo”, explica Lisandra, de 20 años.

“¿Por qué el sexo tiene que ser solo entre dos?”, se pregunta esta joven. “No hay una fórmula, puede ser entre dos, tres, cuatro…”

¿Serán los hombres quienes más impulsan estas prácticas? ¿Dependerá de la edad o de la orientación sexual? Son interrogantes que puedes plantearte ahora. En respuesta a esto, Bertha, de apenas 19 años, dice: “Es cierto que los hombres son quienes más motivan a las mujeres; una vez que experimentas y te gusta, te conviertes en una defensora de estas ideas”.

Debemos evitar generalizaciones; tal vez, si le preguntara a un hombre, me daría una respuesta completamente diferente. Está claro que el género no determina nada en absoluto.

La historia de Lianet, de 25 años, comienza en WhatsApp. Una pareja le envió mensajes. Ella, ansiosa por experimentar, aceptó involucrarse. Lo hace para divertirse y pasarla bien. Cada día, los tres se conectan en un grupo privado que llaman Poliamor. Allí comparten fotos, puro morbo. Es un chat exclusivo para ellos tres. Lianet me muestra que los deseos pueden surgir de ambas partes, tanto del chico como de la chica. Ella es la invitada, y, por lo tanto, toda la atención se centra en ella.

Y así podrías encontrar miles de historias más. Hay quienes nunca compartirían su intimidad con una tercera persona, y no los juzgo. “Cada loco con su tema”, dice Tahimí, quien nunca ha estado en un trío porque no le interesa.

La clave está en disfrutar de la sexualidad al máximo, sin importar si en la cama caben uno, dos, tres o más… Siempre y cuando estés cómodo, te protejas y no te hagas daño… es mejor hacer el amor que la guerra.

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