Foto: Eduardo del Llano | Facebook
Texto: Hugo León
El aclamado escritor y cineasta Eduardo del Llano, una de las voces que ha defendido la revolución a lo largo de los años, parece haberse distanciado temporalmente, al expresar su descontento con la actual situación en la isla.
“Si ser de izquierdas implica una aceptación ciega, entonces no me considero de izquierdas. Creer en un sistema no implica apoyar todas sus acciones”, publicó recientemente el artista en sus redes sociales.
Del Llano, quien anteriormente respaldó y aplaudió las represiones contra los manifestantes del 11 de julio, ahora adopta una postura más moderada: “Considero que las penas impuestas a los prisioneros del 11 de julio por delitos más o menos graves son monstruosamente excesivas, y es momento de corregir ese error”.
“Imaginen lo que pienso de las penas impuestas a quienes no cometieron ningún delito”, añadió sin entrar en detalles.
Referente al derecho de manifestación y protesta, que en Cuba está restringido por la interpretación de las autoridades, del Llano comentó: “Mientras no se permita el ejercicio del derecho a la manifestación pacífica, esa parte de la Constitución es una farsa”.
También criticó las expulsiones de profesores universitarios por expresar sus opiniones y consideró que la regulación de ciudadanos y el destierro son tan vergonzosos como los actos de repudio que se realizaban en las primeras décadas de la revolución.
Según el cineasta, el gobierno debe ser más receptivo a las ideas de economistas capacitados que podrían contribuir de manera efectiva, y no escuchar a ideólogos que carecen de conocimiento sobre el tema.
Asimismo, hizo un llamado por más transparencia, menos secretismo y un mayor contacto del Estado con organizaciones espontáneas y la sociedad en general.
El cineasta también mencionó otros desacuerdos con la administración actual en Cuba, y no es el único que ha alzado la voz tras concluir las sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
Los informes ofrecidos por el presidente Miguel Díaz-Canel y los ministros evidencian que el país se encuentra en una profunda crisis, para la cual no se vislumbran soluciones a corto o mediano plazo. Lo más preocupante, según muchos usuarios en línea, es que nadie ha asumido la responsabilidad por el desastre socioeconómico que atraviesa la isla.