Foto: WBC/Twitter
Texto: Raul del Pino
Luego de sufrir dos derrotas consecutivas ante Países Bajos e Italia en sus primeras presentaciones, las opciones de Cuba para avanzar en el Clásico Mundial eran casi inexistentes. Era necesario que se dieran una serie de resultados muy específicos, comenzando por dos triunfos del equipo caribeño, que hasta ese momento había evidenciado una de sus peores actuaciones en años en torneos internacionales.
Sin embargo, los dioses del béisbol decidieron cambiar la suerte de la isla de manera drástica. Después de varios partidos llenos de emoción, la mañana de este domingo trajo la sorprendente noticia de que Cuba se había clasificado a cuartos de final como líder de su grupo, algo que parecía impensable hace solo un par de días. Todo inició en el encuentro contra Panamá, donde la ofensiva despertó, y culminó hoy ante Taipéi con una contundente victoria de 7×1.
Con ese último resultado, la clasificación ya era prácticamente un hecho, pero aún hubo que considerar la victoria de Italia sobre Países Bajos, que cerró la etapa de grupos con un singular quíntuple empate: dos victorias y dos derrotas para cada participante.
No es necesario entrar en los detalles de la compleja fórmula de clasificación, ya que el desenlace permitió a los cubanos ascender a la primera posición y evitar el enfrentamiento con el formidable Japón en cuartos de final. En resumen: se produjo el milagro y Cuba se prepara para su viaje a Tokio.
Contra los anfitriones, la selección cubana mostró un rendimiento tan sólido como en su época dorada, despertando la esperanza en millones de cubanos en todo el mundo. La artillería se hizo sentir en el bullicioso estadio de Taichung, y el pitcheo solo permitió un pequeño desliz al final del partido que no tuvo mayores consecuencias.
Los cubanos comenzaron a hacer daño al abridor rival desde el primer inning, anotando cuatro carreras; luego sumaron otras dos en el segundo y completaron la séptima carrera en la cuarta entrada. El estelar Yoan Moncada fue el destacado al conectar de 4-3, incluyendo un largo cuadrangular en el segundo episodio.
También sobresalieron Roel Santos (4-2, 2CI), Alfredo Despaigne (4-2, 2CI) y Erisbel Arruebarrena (4-1, HR), quien logró el primer home run cubano del Clásico y remolcó las dos primeras carreras del partido. Aunque solo consiguió un imparable, el «Grillo» golpeó la bola con fuerza en cada turno y estuvo cerca de volver a desaparecerla.
Por su parte, el abridor Elian Leyva (2.1, 2BB, 4K) no permitió carreras antes de pedir su cambio en el tercer inning debido a una molestia en su mano de lanzar; no obstante, su actuación fue suficiente para que se retirara con una sonrisa. Miguel Romero continuó en relevo con un eficiente desempeño (2.2, 4K), y más tarde, el zurdo Onelkis García (2.0, 2K) cumplió con las expectativas en su aparición.
Los dos pinareños destacados en la competitiva Liga Profesional de Japón se encargaron del cierre. Liván Moinelo retiró el octavo inning con solo diez lanzamientos y tres ponches, mientras que Raidel Martínez hizo lo mismo en el noveno, aunque con algo menos de control. De hecho, el alto cerrador de los Chunichi Dragons no mostró su velocidad habitual y permitió la única carrera de los locales, pero su desempeño fue suficiente para sellar esa importante victoria.
La hazaña de avanzar en primer lugar se completó unas horas después con la derrota de Países Bajos a manos de Matt Harvey, quien también fue el abridor de Italia que había enfrentado a Cuba en su primer juego del torneo. Los «azzurri» aseguraron su pase como segundos de grupo con un mismo marcador de 7×1 frente a un equipo «tulipán» cuya suerte fue muy diferente a la de los cubanos.
Los «azurros» superaron cualquier expectativa y ahora se dirigen a enfrentarse al favorito Japón en el primero de los dos partidos del cruce, programado para el miércoles 15 de marzo. Al día siguiente, también en el majestuoso Tokyo Dome de la capital nipona, Cuba buscará un lugar en las semifinales contra el segundo del grupo B, que por el momento parece ser Australia.
Si logran imponerse en ese crucial encuentro, el equipo cubano avanzaría a semifinales por primera vez desde la primera edición del Clásico en 2006. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos; hasta que eso ocurra, queda mucho por escribir.