Imágenes: Roy Leyra | CN360
La situación de la covid en Cuba ya no domina los titulares, a diferencia de los días oscuros en que la ola Delta causó el colapso de los servicios hospitalarios y el seguimiento de la pandemia se realizaba con una preocupación casi patológica. Afortunadamente, esos tiempos parecen haber quedado atrás.
Mucho ha contribuido a esto el desarrollo de los candidatos vacunales cubanos, de los cuales algunos ya son considerados vacunas y han permitido que actualmente el 90% de la población esté completamente protegida con el esquema de estas inmunizaciones, según datos del Ministerio de Salud Pública (Minsap). Sin embargo, ninguna de estas vacunas cuenta con la validación de la OMS.
A pesar de la alta cobertura de vacunación contra la covid y de que los protocolos de manejo de la enfermedad se han relajado considerablemente en los últimos meses, en la isla persiste una especie de mito urbano sobre la posibilidad de que las cifras de contagios superen ampliamente las publicadas en los reportes oficiales, mientras que ciertas neumonías fulminantes siguen cobrando vidas. Este concepto comenzó a formarse durante los momentos más críticos de la pandemia, cuando Cuba no contabilizaba entre las muertes por covid a aquellos pacientes que fallecían por complicaciones derivadas de la enfermedad, pero que ya habían dado negativo.
Un argumento que refuerza esta percepción popular es la baja cobertura de pruebas para diagnosticar la covid, ya sean pruebas de antígeno o PCR, que ha persistido durante varias semanas —incluso meses—. La prensa oficial ha informado sobre esta situación en diversas provincias, como en Sancti Spíritus, donde un informe del periódico Escambray detalló en abril pasado la escasez de medios de diagnóstico en los policlínicos del área.
Según dicho informe, el protocolo establecido por el Minsap señala que se realizan pruebas rápidas solo a aquellos pacientes con síntomas compatibles con la covid que sean menores de dos años, las embarazadas, las puérperas y los mayores de 60 años con enfermedades descompensadas.
Para el resto de los pacientes que presenten los mismos síntomas, siendo jóvenes y sanos, se les indica tratamiento, una reevaluación a las 48 horas y vigilancia en casa por el médico de la familia, lo que sugiere que muchos casos regresan a sus hogares sin la confirmación de su estado positivo.
Las cifras oficiales presentadas en los reportes del Minsap generan desconfianza, ya que resulta cuestionable que en toda Cuba se reporten menos de 100 casos diarios cuando se sabe que la variante predominante es ómicron, altamente contagiosa, y que los viajeros ya no necesitan estar vacunados ni presentar resultados negativos de PCR para ingresar al país.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha declarado recientemente que el organismo ha alertado durante meses sobre la significativa reducción de pruebas de diagnóstico en numerosos países, lo que «oculta la verdadera evolución del virus y la carga real de casos de covid en el mundo».
Por su parte, el virólogo cubano radicado en Brasil, Amílcar Pérez Riverol, en una publicación de Facebook del 22 de marzo, reconoció que las cifras oficiales del brote de ómicron en la isla están evidentemente subestimadas debido a la falta de pruebas.
También es notable que desde el 10 de septiembre de 2021 no se actualiza la herramienta virtual Covid19CubaData, que proporcionaba una amplia variedad de datos relacionados con el diagnóstico y seguimiento de los casos de covid.
Según dicha página, el 7 de julio de 2021 —por tomar un día al azar— se registraron en Cuba 3,819 nuevos casos de covid, tras realizar más de 39,000 pruebas de diagnóstico, y un año después solo se analizaron 2,300 muestras. Es cuestión de lógica elemental: a menos pruebas, menos diagnósticos.
Pareciera que se ha impuesto en Cuba, al igual que en gran parte del mundo, la estrategia del expresidente estadounidense Donald Trump, quien fue ampliamente criticado por su declaración durante el pico de la pandemia: «¿Saben por qué tenemos tantos casos? Porque hacemos muchos tests.»