Foto: Roberto Carlo Estrada – Facebook
Texto: Hugo León
Más de diez vehículos que presuntamente estaban destinados a la renta turística sufrieron daños significativos al quedar aplastados bajo un muro de ladrillos que colapsó debido a su deterioro estructural.
De acuerdo con informes en redes sociales, este suceso ocurrió en la base de vehículos de Transtur, ubicada en Holguín.
Los daños pueden ascender a varios miles de dólares; aunque las imágenes no permiten observar con claridad todos los desperfectos en los automóviles, se puede notar que varios de ellos tienen el parabrisas trasero dañado y fuertes golpes en la parte posterior.
La publicación rápidamente atrajo la atención de cientos de usuarios de Internet, quienes, además de mostrar asombro, se cuestionan cómo fue posible que nadie prestara atención al mal estado del muro que se derrumbó.
No son pocos los que señalaron que incidentes como este también pueden resultar en la pérdida de vidas humanas, mientras que otros apuntaron que, sin entrar en demasiados detalles, es evidente que el muro no era particularmente resistente.
“Sencillo, son de Liborio”, ironizó uno de los internautas que comentó la publicación, insinuando que a nadie le importa porque pertenecen al Estado y no habrá un responsable por lo ocurrido.
Algunos incluso fueron más allá: “Está bien que pase, ya que el pueblo está con sus carros parados ahí. El hecho es que, mientras el transporte público enfrenta las secuelas de la grave crisis económica, los automóviles para la renta turística siguen ingresando anualmente al país.
Por otro lado, se puede observar en la publicación que “lo que es de todos no es de nadie”, una realidad evidente en todos los sectores del país. En empresas, instituciones y sectores donde las pérdidas no impactan de manera directa el bolsillo de nadie, y las ganancias tampoco benefician a individuos, sino al Estado, son comunes la desidia y los resultados negativos.