Foto: FilmAffinity
La película «Vicenta B.», dirigida por el cineasta cubano Carlos Lechuga, aborda la pérdida de fe y el sentimiento de luto en la sociedad cubana contemporánea. Esta obra ha sido presentada en el festival LATcinema Fest de Casa América Cataluña.
La trama se centra en una mujer santera llamada Vicenta, quien enfrenta una crisis personal tras la partida de su hijo, lo que la lleva a perder el contacto con la realidad y su habilidad para leer las cartas, según Efe.
La película, llena de premoniciones, captura la situación actual en Cuba, un lugar donde la realidad se aleja de la esperanza y sus habitantes se sienten impotentes y vacíos.
El director, quien se formó en el Instituto Superior de Arte en Cuba y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, ha creado una obra que se distancía del cine típico cubano lleno de colores vibrantes, palmeras y mojitos, presentando en cambio la cruda realidad y el duelo que se experimenta en el país.
Lechuga menciona que el filme es un proyecto más personal, ya que explora la santería que practicaba su abuela, pero la realidad de Cuba se revela en cada rincón del rodaje, con un equipo que tiene abiertos los poros a lo que el país transmite.
La historia se desarrolla en un contexto de crisis en Cuba, caracterizado por una situación económica insostenible y protestas que son reprimidas con dureza por el gobierno. La película también retrata la migración de jóvenes cubanos que buscan mejores oportunidades en el extranjero.
Lechuga ha señalado que «Cuba es actualmente como una habitación en llamas en la que todos buscan la salida».
El director cubano enfatiza la gravedad de la situación en el país, donde un capitalismo implacable está construyendo hoteles de cinco estrellas mientras los hospitales carecen de suministros.
Además, subraya que la sociedad cubana está al borde de una explosión y que es imperativo dejar atrás el romanticismo del pasado.
A lo largo de su carrera, Lechuga ha dirigido varios cortometrajes, como «Los bañistas» y «Cuca y el pollo», y ha sido guionista en diversas producciones. Su primer largometraje como director fue «Melaza» (2012), seguido por «Santsa y Andrés».