Voces Femeninas en el Teatro Argos

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Fotos: Manuel Larrañaga

Texto: Jorge Suñol

Hembra es la palabra que ha estado resonando en las redes sociales estos días en el ámbito teatral. Durante el mes de noviembre y hasta el 20 de diciembre, la obra, escrita y dirigida por Yunior García, se presenta en la sede de Argos Teatro en La Habana. Debido a la gran afluencia de público, y considerando que solo se permite media capacidad en la sala por las medidas de la COVID-19, se ha decidido añadir una función adicional los jueves, además de las tradicionales de viernes, sábado y domingo.

Lo más curioso de este proyecto es que es obra de un hombre: el joven dramaturgo Yunior García, quien además dirige a la compañía Trébol Teatro. Es posible que parte de su popularidad se deba al respaldo de las actrices Claudia Álvarez, Grysell Monzón y Aidana Febles, para quienes el texto fue concebido desde un principio. Por ello, fue más sencillo, ya que fue un esfuerzo colaborativo desde el inicio de la creación de la obra.

Hembra, con una clara perspectiva feminista, presenta en el escenario a tres mujeres que defienden distintos puntos de vista, y al final logran entenderse y conocerse, mientras critican un país que aún es muy machista, contextualizando cada uno de sus diálogos desde sus propias experiencias, miedos, frustraciones y visiones sobre la vida.

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“¿Por qué solo pueden hablar de racismo aquellos que han sido discriminados? ¿Por qué solo pueden abordar el feminismo las mujeres? Creo que todos los temas son relevantes para todos los seres humanos, y que todos tenemos algo que aportar”, expresó García.

En esta obra se resalta la necesidad de comprender lo que significa ser mujer en Cuba. “Las obras de Trébol Teatro son preguntas que se plantean al público, interrogantes que se multiplican. Decidimos que el título fuera lo suficientemente polémico como para generar este tipo de discusión. No es una pieza en la que el público llegue y encuentre respuestas, sino que lo invite a reflexionar sobre las preguntas que el tema puede suscitar. Hembra es lo suficientemente provocadora y ambigua como para permitir que se fomente ese debate”.

Al igual que en Jacuzzi, otra de sus obras, el foco en Hembra son las actrices y el texto; todas las preguntas y respuestas que ellas mismas pueden formular sobre la escena, que se convierte en un cuarto de alquiler, con solo una cama, una ventana, una mesita de noche, una maleta y la imprescindible botella de ron Mulata, todo en una escenografía funcional.

Todo se desarrolla en medio de una depresión tropical. La trama comienza con: “Mi cuerpo es un país”. El agua se filtra y hay charcos en el suelo. Eva y Ana, Ana y Eva, una desea ser la otra y viceversa. Se realiza una marcha para defender a la mujer y visibilizarla. La lluvia no detiene el evento. Las redes sociales están presentes, para mentir, para hacer perder la razón. Pocos minutos después, llega Lilith, la arrendadora, que vive en una mansión, pero que al final resulta ser la más frágil de todas. Enloquece, confiesa haber matado a su esposo con un espejo por no soportarlo. Se desahogan, una por una.

Es la primera ocasión que estas actrices trabajan juntas. De hecho, esa fue la razón detrás de este proyecto, reunirse después de haber estudiado en la Escuela Nacional de Arte. Se puede notar la complicidad, la comodidad y la confianza que tienen en cada papel. Hay naturalidad, ritmo y dedicación.

“Cuando te subes al escenario con alguien en quien confías ciegamente, se genera una magia especial. Estamos tan relajadas que solo hay que estar presentes y todo fluye solo”, comenta Claudia Álvarez.

Fueron estrictas con Yunior. En más de una ocasión, le devolvieron el texto. Fue un proceso enriquecedor: “Gran parte de lo que había escrito se ajustó a través de nuestra experiencia como mujeres. Nos reuníamos y dialogábamos. Pasamos mucho tiempo juntos, él intentaba conocernos para entender qué nos motivaba”, agrega la actriz.

Esta obra no ofrece soluciones al problema: “Más bien nos obliga como espectadores a reflexionar sobre el asunto, a pensar en nosotros mismos, y a poner atención en los temas que son específicos de Cuba”, concluye Yunior.

El mayor riesgo radica en que las personas asistan a la obra con ideas preconcebidas. Hasta ahora, la respuesta del público ha sido positiva. Hembra no concluirá en 2020; el próximo año se planifican nuevas temporadas con actrices como Venecia Feria y Andrea Doimeadiós, saliendo de los teatros para apropiarse de espacios como la Fábrica de Arte Cubano y comunidades en La Habana Vieja.

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