Texto: Hugo León
Foto: Marco Iacobucci Epp | Shutterstock
El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, apareció en público desde uno de los balcones de su residencia en el Vaticano, tras casi 40 días de hospitalización.
El Papa ha superado una crisis de salud que, según los propios médicos que lo han atendido, se considera uno de los episodios más delicados de su pontificado. En total, estuvo alejado del Vaticano desde el 14 de febrero y durante 38 días luchó contra una neumonía bilateral severa.
Su estado de salud se complicó aún más cuando la neumonía bilateral severa condujo a una insuficiencia respiratoria aguda, lo que requirió la administración de oxígeno de alto flujo y la realización de respiración mecánica no asistida.
En al menos dos ocasiones, su vida estuvo en peligro, pero gracias a la dedicación y cuidados de su equipo médico, así como al apoyo espiritual de quienes han orado por él, ahora ha regresado al Vaticano, justo a semanas de la Semana Santa, la más significativa del calendario litúrgico católico.
Sin embargo, persisten las interrogantes sobre si el Papa Francisco podrá presidir las extensas y exigentes ceremonias de la Semana Santa. De hecho, el cirujano a cargo del equipo médico que lo atendió ha indicado que el Sumo Pontífice deberá mantenerse en convalecencia por al menos dos meses.
Además, mencionó que el Papa debe evitar ceremonias que requieran un esfuerzo físico considerable y encuentros masivos.
A pesar de esto, se considera que el Papa Francisco podrá impartir la famosa bendición “Urbi et Orbi”, que concede la indulgencia plenaria a los católicos de todo el mundo el Domingo de Resurrección y que tradicionalmente es ofrecida por él desde la Basílica de San Pedro.