Los Joven Club han dejado de ser «el ordenador de la familia cubana».

Lo más Visto

Foto: Cuba Noticias 360

Los Joven Club de Computación y Electrónica surgieron en 1987, cumpliendo a cabalidad su lema: eran indudablemente “la computadora de la familia cubana”. Esto era especialmente cierto en una época en la que los equipos informáticos no eran accesibles para la mayoría de los hogares, y las instalaciones que comenzaron a abrirse en toda la isla capturaron la atención de la población cubana.

En ese período, los Joven Club ofrecían a la comunidad una variada gama de recursos y servicios tecnológicos, con una red que se expandió a lo largo del país, contando con más de 600 centros, generalmente construidos con una distintiva estructura de paneles ligeros prefabricados.

No obstante, del esplendor inicial solo queda un recuerdo, ya que actualmente el programa enfrenta graves problemas como la obsolescencia tecnológica, la falta de máquinas, deficiencias en la infraestructura, problemas de conectividad y cortes eléctricos sistemáticos. En este contexto, los trabajadores de los Joven Club buscan alternativas, aunque no siempre logran ser efectivas o se alinean con las líneas fundacionales del programa.

A los ya tradicionales torneos de videojuegos, tiempos de máquina, asistencia informática, cursos, digitalización de documentos y acceso a plataformas virtuales como la Enciclopedia Ecured, el blog Reflejos, la web educativa CursAD y los sitios online El Estanquillo, LudoX y el paquete semanal Mi Mochila, se añaden recientemente nuevas opciones resultantes de las interacciones laborales con los nuevos actores de la economía, buscando así mejorar, ampliar y diversificar sus servicios.

Por ello, no es sorprendente ver a los Joven Club involucrándose en el alquiler de computadoras al sector privado, la asistencia técnica, la elaboración de Planes de Seguridad Informática y el arrendamiento de espacios para trabajadores por cuenta propia y mipymes, entre otras iniciativas que hasta hace poco hubieran parecido impensables.

Asimismo, la oferta de soluciones informáticas y servicios profesionales, así como paquetes tecnológicos para personas jurídicas y proyectos personales, así como asesoría en modernización bancaria y comercio electrónico, forman parte de la amplia gama de oportunidades que las direcciones de los Joven Club, desde el nivel nacional hasta los lugares más remotos de la geografía cubana, están promocionando para generar ingresos y, en consecuencia, optimizar al máximo una empresa que parecía destinada al fracaso.

El término “en la medida de lo posible” indica que, aunque no están en bancarrota, los ingresos que generan estos nuevos servicios no son suficientes para revitalizar la deteriorada infraestructura tecnológica de los Joven Club, en un entorno cada vez más competitivo donde cualquier negocio privado de informática está mejor equipado que las instituciones estatales.

Los especialistas consultados por Cuba Noticias 360 están al tanto de esto: existe una clara diferencia entre la intención de fomentar la informatización y la cultura tecnológica del país y la realidad de implementarla, utilizando computadoras obsoletas, sin acceso a sitios web y pasarelas de pago para actualizar software y aplicaciones de última generación, además del considerable éxodo de profesionales hacia el extranjero o a otros sectores en Cuba que ofrecen mejores salarios.

Quienes, a pesar de las adversidades, han continuado trabajando en los Joven Club de Computación y Electrónica se esfuerzan por ofrecer servicios y productos de alta calidad relacionados con las tecnologías de la información, las comunicaciones y la electrónica; sin embargo, son conscientes de que su slogan les queda grande: desde hace años, ya no son “la computadora de la familia cubana”.

Más Noticias

Últimas Noticias