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Texto: Fede Gayardo
Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., ha calificado las misiones médicas cubanas como una “práctica atroz” que debe cesar de inmediato.
Durante su primera parada en una gira por Centroamérica, Rubio destacó que en muchas partes del mundo, “los médicos cubanos no reciben salario” directamente, ya que “el gobierno cubano es quien se lleva los pagos”.
Asimismo, mencionó que “de hecho, en muchos lugares, están trabajando prácticamente en condiciones de esclavitud”, por lo que su país se propondrá poner fin a estos mecanismos irregulares, garantizando así que los médicos de la isla “puedan ejercer su labor por voluntad propia, con libertad de movimiento y de expresión”.
Estados Unidos ha denunciado el envío de misiones médicas cubanas a varios países, describiéndolo como “trata de personas”. De hecho, el Departamento de Estado anunció el pasado 25 de febrero que ampliará las restricciones de visados contra aquellos que se benefician de esta forma de “explotación laboral”.
Mientras Marco Rubio y su administración mantienen su fuerte condena, algunos médicos cubanos en EE.UU. han expresado su temor a ser deportados debido a las nuevas políticas establecidas por Donald Trump.
Recientemente, el abogado cubano Manuel Viera compartió en redes sociales un análisis en el que criticaba el “cinismo” de las políticas migratorias tanto del gobierno cubano como del estadounidense.
En su comentario, Viera afirmaba que el trato que EE.UU. otorga a los migrantes es cínico y comparable a las acciones oficiales del régimen cubano: “Recibir a miles de personas con globos y canciones, para luego darles solo 30 días para salir del país”.
Más tarde, señaló que ambas naciones están utilizando la migración como una herramienta política, subrayando que durante años “las familias cubanas han sido las principales víctimas”.
En el marco de este debate, el médico cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, quien llegó a EE.UU. por la frontera en 2022, se refirió a las declaraciones de Viera y a la creciente incertidumbre migratoria que afecta a miles de cubanos en el país norteamericano.
En respuesta a las recientes políticas de la Casa Blanca, Figueredo expresó: “No me arrodillo ni ante Trump ni ante Díaz-Canel (…) Digo lo que pienso, aunque duela, y aunque a algunos les incomode más que una verdad expresada en voz alta en una plaza vacía”.
El galeno cubano dejó claro que, aunque se viera forzado a regresar a Cuba, continuaría defendiendo su ideología: “Si un pie mío cruza la frontera de regreso, convoco a Bayamo entero a las calles”.
A pesar de que este profesional de la salud cuenta con residencia permanente en EE.UU. y no enfrenta riesgo de deportación, su mensaje en redes sociales refleja la preocupación de quienes han llegado recientemente y aún no han logrado regularizar su estatus migratorio, en medio de la incertidumbre generada por la administración Trump.