Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Hugo León
En estos días se conmemora un año desde que comenzó la investigación sobre las equivocaciones del entonces ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, que llevaron a su destitución y a su desprestigio público. Han transcurrido doce meses y el pueblo, sin lugar a dudas la principal víctima de sus malas decisiones, no ha recibido información sobre lo que ha ocurrido con el exministro.
El caso de Gil se hizo evidente un mes antes, en febrero de 2024, cuando fue destituido de su cargo bajo la acusación de “traición a la Patria”, una acusación sumaria que en la isla ha resultado en al menos una ocasión en fusilamientos. Recordemos el famoso caso del General Ochoa, ejecutado en 1989 por delitos de narcotráfico tras un juicio conocido como “causa No. 1 de 1989”.
¿Qué decía la nota de marzo de 2024 sobre Alejandro Gil?
“Como resultado de una rigurosa investigación se determinaron graves errores cometidos por el ex Viceprimer Ministro y Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, en el desempeño de sus funciones”, comenzaba la Nota Oficial del 7 de marzo de 2024 que lo incriminaba públicamente.
“Teniendo en cuenta el nivel de verificación de los hechos, y a propuesta de la Fiscalía General de la República, el Buró Político del Comité Central del Partido y el Consejo de Estado, aprobaron que los órganos competentes del Ministerio del Interior iniciaran las acciones correspondientes para esclarecer completamente estas conductas”, se detalla en el texto.
Supuestamente, Alejandro Gil había “reconocido graves imputaciones”, lo que lo llevó a “renunciar a su condición de miembro del Comité Central del Partido y de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular”.
Además de corrupción, se mencionaron en su contra actuaciones como “simulación e insensibilidad”, comportamientos que “la dirección de nuestro Partido y Gobierno nunca ha permitido, ni permitirá jamás”, publicaron Granma, Cubadebate y todos los medios estatales cubanos.
“Bajo este principio mantendrá, desde la legalidad, el permanente enfrentamiento, la transparencia y tolerancia cero a este tipo de manifestaciones que afectan a nuestro pueblo, consciente de que mientras más elevado sea el nivel de confianza depositada en un cuadro, mayor será el rigor e intransigencia con que se actúe ante hechos de esta naturaleza”.
No obstante, “el rigor y la intransigencia” prometidos para enfrentar el caso nunca llegaron al conocimiento público como se esperaba. De hecho, tras la destitución de Marino Murillo de todos sus cargos en la economía cubana, se supo que fue rápidamente asignado al frente del Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba (Tabacuba).
¿Está Alejandro Gil preso o en el extranjero?
A pesar del silencio sepulcral que ha rodeado el caso de Alejandro Gil, en abril de 2024 se informó que Gil continuaba detenido para su investigación e incomunicado. A partir de ahí, es como si se lo hubiera tragado la tierra.
En febrero de 2025, al cumplirse un año desde su salida del ministerio, circularon en redes sociales algunas publicaciones y comentarios que afirmaban que Gil había sido trasladado a su casa bajo prisión domiciliaria como medida cautelar. Sin embargo, estas publicaciones han sido eliminadas y no se ha podido confirmar su veracidad.
En redes sociales también se especula que actualmente Alejandro Gil podría estar en Europa, específicamente en España, pero esto no ha sido confirmado.
Las especulaciones y publicaciones al respecto coinciden en que Gil no estaba solo a cargo de las medidas económicas en Cuba, y que su conocimiento sobre los “trapos sucios” de quienes le rodeaban le otorgan cierta protección.
Es importante resaltar que la falta de detalles oficiales concretos sobre las acusaciones contra Alejandro Gil Fernández o sobre el proceso investigativo o judicial, mantiene abiertas las especulaciones y debates en torno a su destitución.
De hecho, varios analistas coinciden en que la destitución de Gil fue simplemente un intento del gobierno de encontrar un chivo expiatorio ante la profunda crisis económica que atraviesa el país. Se sugiere que su remoción busca desviar la atención de problemas estructurales más profundos y ofrecer una respuesta a la creciente insatisfacción popular.
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