Foto: RL Hevia
Texto: Hugo León
No cabe duda de que las puertas y ventanas de cristal aportan un toque moderno y atractivo a los hogares, pero… consejo de amigo: si usted posee una o varias de estas, asegúrese de cerrarlas adecuadamente para que el viento no cause problemas, ya que la reparación del más pequeño cristal en la isla puede costar lo mismo que una cena de Navidad.
¿Parece exagerado? ¡Para nada! Este periodista, por casualidad y debido al viento de estos días, tuvo que reparar uno de los paneles de una ventana pequeña, y el costo fue de dos mil 500 pesos, incluyendo el cristal y la mano de obra. La masilla debió comprarse por separado, ya que el cristalero «no tenía eso desde hace casi un mes», y finalmente costó otros 500 pesos.
Este precio era la opción «más económica», ya que el cristal utilizado era común, no del tipo chinchilla ni laminado o templado. En el mercado de ventanas domésticas hay muchas variantes disponibles en sitios de anuncios clasificados como Revolico, pero eso no significa que sean accesibles para todos los bolsillos.
Hace algunos años, en Cuba se popularizó la instalación de ventanas de “marquetería de aluminio con cristal”, las cuales son atractivas y permiten una excelente iluminación en el hogar, además de prevenir problemas con el comején y el deterioro de la madera. Sin embargo, aunque antes eran una opción más asequible, en la actualidad los precios son exorbitantes.
Los diseños que se ofrecen son variados y realmente bonitos, pero pagar entre 210 y 260 USD por cada metro cuadrado puede representar un verdadero obstáculo.
También se ha observado que en los mismos sitios y grupos de compraventa en Facebook y Telegram hay menos cooperativas o trabajadores independientes realizando este tipo de trabajos en comparación con hace algunos meses. ¿Será debido a la emigración o a que hay cada vez menos clientes? Es difícil saberlo con certeza.
Lo que sí se puede afirmar, gracias a que el equipo de Cuba Noticias 360 se puso en contacto con algunas cooperativas dedicadas a esta actividad, es que “toda la materia prima es importada” y además han decidido incluir en sus servicios la instalación de cristales en hierro y madera. Algunas brigadas incluso ofrecen facturas legales de compra de los materiales.
Las fotos de muestra en Revolico son realmente tentadoras y muestran el aspecto de las casas antes y después de la instalación, y el cambio puede ser asombroso, aunque igual de sorprendente es la cantidad de dinero que puede costar todo el proceso. Quizás por eso es común escuchar el “nos ajustamos un poco en el precio”, ya que los mismos cristaleros son conscientes de que pagar tres mil dólares por ventanas y puertas no es algo trivial.
¿Recuerdan aquella famosa frase de sus padres y abuelos cuando los llevaban a las tiendas? Para los cristales, al igual que con muchas otras cosas en la isla, es cada vez más cierto: “se mira pero no se toca”.