Foto: Cuba Noticias 360
Después de cinco días de interrupción en el servicio de la Lanchita de Regla debido a la rotura de la línea de eje de la Giraldilla, el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, anunció que se reanudarán las operaciones el próximo 10 de marzo.
El ministro destacó que “para solucionar esta rotura, se están llevando a cabo trabajos de tornería y ajustes a las medidas de los bujes, los cuales no sufrieron daños durante la extracción, así como en la propela y otros componentes mecánicos”.
La única embarcación en funcionamiento en las últimas semanas, esencial para la conexión entre La Habana Vieja y los municipios de Regla y Casablanca, quedó fuera de servicio el pasado miércoles 19 de febrero.
Ese mismo día, indicó el ministro, se realizó la botadura planificada de la embarcación La Coubre tras un extenso proceso de reparación, con el objetivo de integrarla al servicio de transporte marítimo de pasajeros en la bahía de La Habana, al que normalmente se destina.
Destacó que en esta embarcación se invirtieron cuatro meses adicionales al tiempo inicialmente previsto, debido a la identificación de la necesidad de llevar a cabo trabajos de mayor importancia que requerían más tiempo; además, las interrupciones en el suministro energético del país también afectaron frecuentemente las reparaciones.
Se explicó que la reparación incluyó la sustitución de planchas del casco, intervenciones en el túnel, trabajos de electricidad, instalación de indicadores de parámetros, reparación del área del puente y del salón de pasajeros, así como cables del timón, propela y pala, y la sustitución del falso techo, además de tareas de carpintería y pintura, entre otros trabajos. Se espera que comience a ofrecer servicios el 1 de marzo.
Por otro lado, la Cuarto congreso, el remolcador ABA 3 y la 300 aniversario son embarcaciones que típicamente ayudan en el transporte de pasajeros en la bahía de La Habana. Las dos primeras están en diferentes etapas de reparación, mientras que para la 300 aniversario se espera la obtención del financiamiento necesario.
La inestabilidad del servicio ha forzado a los usuarios a buscar alternativas menos eficientes, como el transporte terrestre, que a menudo conlleva largos tiempos de espera y rutas más extensas.
La carencia de un servicio de transporte marítimo fiable no solo afecta la movilidad diaria de los residentes, sino que también impacta negativamente en la economía local y la calidad de vida en general.