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Texto: Hugo León
Por primera vez desde el comienzo de las campañas de vacunación masiva contra la Covid-19, la farmacéutica AstraZeneca admitió que su vacuna podría ocasionar efectos secundarios como trombosis, aunque en “casos muy raros”.
Esto se especifica en un documento legal presentado en febrero pasado ante el Tribunal Supremo del Reino Unido, del cual se hizo eco el diario The Telegraph en medio de acciones judiciales en contra de la compañía.
Dicha acción legal es una demanda colectiva de 51 víctimas y sus familiares que exigen a AstraZeneca hasta 100 millones de libras (125 millones de dólares) por supuestos daños y perjuicios causados por los efectos secundarios de la vacuna.
Uno de los efectos mencionados es el síndrome de trombosis con trombocitopenia, que se refiere a la formación de coágulos en los vasos sanguíneos, ya sea en el cerebro, las piernas o en otras partes del cuerpo.
AstraZeneca, por su parte, desestima las afirmaciones hechas en las denuncias, aunque reconoce que las dosis de su vacuna pueden “en casos muy raros, causar trombosis”. Mientras tanto, los demandantes sostienen que el medicamento tuvo un impacto devastador en algunas familias.
En 2021, la empresa enfrentó un juicio presentado por la familia de una persona que sufrió una lesión cerebral permanente tras experimentar un coágulo y una hemorragia en el cerebro, lo que le impidió trabajar después de recibir la vacuna de AstraZeneca en abril de ese mismo año. La empresa ha expresado que no acepta esta narrativa.
Las acciones legales no solo han ocurrido en el Reino Unido, sino también en Alemania.
A pesar de esto, el gigante farmacéutico emitió un comunicado en el cual asegura que la seguridad de los pacientes es su máxima prioridad, y que “las autoridades reguladoras establecen pautas claras y rigurosas para garantizar la seguridad en el uso de todos los medicamentos, incluidas las vacunas”.
Además, el comunicado señala que “los agentes reguladores de medicamentos a nivel mundial han confirmado que los beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos asociados a efectos secundarios extremadamente infrecuentes”.