Una solución temporal para la escasez de almohadillas sanitarias en Cuba.

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Foto: Roy Leyra | CN360

Las primeras señales aparecen en las plataformas de compra y venta, comúnmente conocidas como Revolicos, que proliferan como la verdolaga en las redes sociales: “Tengo íntimas”, “Vendo almohadillas sanitarias” y anuncios de esa naturaleza, seguidos del ya famoso “interesados al privado”, sugieren que ha comenzado a operar la fábrica productora de este artículo tan solicitado, que estuvo paralizada durante casi todo 2023 debido a la escasez de materia prima.

A continuación, se confirma la sospecha en la prensa local, donde los directivos de la planta que provee a las provincias desde Matanzas hasta Las Tunas aseguran que, efectivamente, la fábrica está funcionando desde hace varios días, pero —como siempre hay un “pero”— lo hace de manera parcial.

Este “pero” se debe, según las declaraciones de Ángel Pozo González, director de la Unidad Empresarial de Base Mathisa Sancti Spíritus, a la misma razón que mantuvo a la fábrica inactiva durante meses: las dificultades en la adquisición de los recursos importados esenciales para la producción de la almohadilla.

Parte de las operaciones se reiniciaron el 14 de agosto, cuando se recibió un cargamento de polietileno, pero la alegría duró poco y el 28 del mismo mes la línea tuvo que detenerse nuevamente por la falta de un tipo de papel necesario para el proceso.

Ante esta inestabilidad, ni los directivos de la industria se atreven a hacer declaraciones optimistas y se limitan a mencionar cifras: en los días laborables de agosto lograron producir 208,000 paquetes de almohadillas sanitarias, los cuales serán distribuidos, en primera instancia, en la provincia de Sancti Spíritus, a través de la Empresa Comercializadora de Medicamentos, y posteriormente, en el resto de los territorios que abarca la planta del centro de Cuba. Todo esto, dependiendo de la llegada de los insumos necesarios para asegurar el abastecimiento.

Consciente de la expectativa que genera la producción de almohadillas sanitarias, que han estado ausentes del mercado en pesos cubanos y cuyos precios en MLC son exorbitantes, el directivo anticipó que será imposible recuperar el atraso productivo de Mathisa, debido a las limitaciones de los materiales utilizados en la fabricación de las almohadillas. O, en otras palabras: las íntimas que las cubanas no han podido recibir en la farmacia hasta ahora, no serán restablecidas.

La empresa está funcionando a medio ritmo, tanto que no ha sido necesario —ni creen que lo será— aumentar la fuerza laboral para asegurar un proceso productivo que están llevando a cabo con un solo turno y que espera acercarse este mes a los 800,000 paquetes de almohadillas.

En la planta espirituana, una de las tres instalaciones de su tipo en el país, normalmente se producen seis variedades diferentes de íntimas Mariposa, de las cuales dos se destinan a la venta en farmacias y las otras se envían al comercio electrónico de las cadenas de tiendas Caribe y Cimex.

No obstante, el mayor déficit se encuentra en la línea de producción de las íntimas que se venden en la red de farmacias, un problema que no se podrá resolver durante todo el año, ya que la cantidad que se espera producir estará muy por debajo del volumen tradicionalmente fabricado en esta industria: entre 10 y 14 millones de paquetes.

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