La Doctora Ortiz: su legado trasciende Escriba y Lea.

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Foto: Trabajadores

Recientemente, la Doctora María Dolores Ortiz celebró su cumpleaños número 86. Esta académica, que se ha convertido en un verdadero símbolo nacional gracias a su presencia en el programa televisivo Escriba y Lea durante 50 años, fue objeto de homenajes por parte de numerosos alumnos y amigos en las redes sociales.

“Hablar sobre María Dolores Ortiz en los tiempos en que fue mi profesora es evocar mis días como estudiante en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, en la escuela Vocacional Lenin, donde ella era mi profesora de gramática. ¡Qué decir de esa magnífica maestra que poseía los dones de la sabiduría, dulzura, dedicación y valentía para defender sus opiniones! Era una maestra que nunca dejaba una idea inconclusa, que no se complacía en sus éxitos, y que se entregaba completamente a su labor social, consciente del compromiso que ello implicaba”, recordó una de sus alumnas, la MSc. Marlene Fernández López, en una entrevista con la revista En Vivo.

Es casi impensable hablar de la Doctora Ortiz sin mencionar su estilo pausado al responder y su capacidad para anticipar las preguntas del programa Escriba y Lea, junto con su icónico bolígrafo, símbolo de las notas que tomaba durante su proceso intelectual en el programa.

“Tuve el honor de ser su alumno. Ella era toda una dama, con una cultura renacentista, pero además, dulce y con un sentido del humor excepcional. En sus clases aprendías cosas que no encontrarías en los libros: la pasión por el conocimiento”, compartió otro de sus alumnos, Manny de la Portilla.

“Cada día la esperábamos con ansias, especialmente cuando teníamos clases al día siguiente de Escriba y Lea, donde le decíamos: ‘profe, hoy usted adivinó dos de tres’ y en voz baja comentábamos: ‘esta escapá’. Ella reía con alegría y mencionaba que era un esfuerzo colectivo, ya que muchas veces los otros panelistas ya le habían proporcionado el contexto, la época o algún otro dato relevante. También le recordábamos: ‘y no olvide la pluma’, porque siempre llevaba la misma, que se había convertido en un símbolo, una especie de talismán que, según ella, le había regalado un alumno que la consideraba muy bonita y elegante, prometiendo que siempre la acompañaría en su programa, porque le otorgaba suerte”, rememoró Fernández López.

En muchas ocasiones, la intelectual ha compartido lo que ha significado para ella, tanto profesional como personalmente, su participación constante en ese espacio televisivo, que le valió el Premio Nacional de Televisión en 2020 y el título de Artista de Mérito del ICRT.

En este contexto, el periodista espirituano Luis Ángel Cruz Gómez expresó, con motivo del cumpleaños de la intelectual: “En dos oportunidades la entrevisté en la televisión local. Hablaba de manera pausada, con una dulzura y un encanto extraordinarios, de esas cubanas que el tiempo no podrá borrar en su paso por la vida.”

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