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Poco después de que el jefe de la misión estadounidense en La Habana se reuniera en Miami con el Comandante del Comando del Sur de EE. UU., un destacado medio de comunicación en Washington D.C. mencionó a Cuba como un país que debería figurar en la «lista de compras» del presidente electo Donald Trump.
Según la Embajada de Estados Unidos en Cuba, la conversación entre el diplomático Mike Hammer y el almirante de la Marina Alvin Holsey se centró en Cuba y también abordó temas de seguridad nacional en el hemisferio occidental, incluyendo las alianzas estadounidenses existentes para fomentar la democracia, los derechos humanos y la prosperidad económica en la región.
Un día después, este sábado, The Hill, un influyente medio de la política estadounidense, en medio de los comentarios de Trump sobre la expansión territorial que ha comenzado a inquietar a varios presidentes y responsables de organismos internacionales, especuló en un artículo que países como Cuba, Bahamas, Taiwán, Haití e incluso Corea del Norte deberían estar en la «Lista de Compras» de Trump.
Aún se desconoce la reacción oficial del gobierno cubano ante tal propuesta, pero las alertas de la prensa rusa este domingo no tardaron en aparecer con Cuba en sus titulares.
La semana pasada, Trump intensificó sus insinuaciones sobre la compra de Groenlandia, la toma de control del Canal de Panamá y la posible conversión de Canadá en el «estado número 51». Además, no descartó la posibilidad de usar coerción militar o económica contra Groenlandia o el Canal, y afirmó que estaba abierto a utilizar la «fuerza económica» contra su vecino del norte.
Más allá de los diversos análisis, independientemente de si Trump habla en serio o no, está forzando a responder como si realmente lo hiciera.
El artículo en The Hill, firmado por Douglas MacKinnon, un exfuncionario de la Casa Blanca y del Pentágono, plantea: ¿Qué otros países deberían estar en la lista de compras de Trump? Si no para adquirirlos o incorporarlos, al menos para tener una mejor comprensión de la situación», escribió, sugiriendo que incluso si no se trata de una adquisición real, podría ser un elemento importante de «conciencia estratégica».
MacKinnon sugiere que la pregunta que encabeza su columna es provocadora, pero podría tener implicaciones geopolíticas, y en ese contexto, considera a Cuba como un candidato potencial.
«La pregunta es, por supuesto, un tanto irónica, pero hay un componente muy serio en esto. En lo que respecta a las naciones que tienen implicaciones directas para la seguridad nacional y económica de Estados Unidos, ¿qué pasa con Cuba? Esa nación comunista se está desintegrando rápidamente, pero su cercanía a Estados Unidos, junto con el acceso que ofrece a nuestros adversarios como plataforma de operaciones en nuestra contra, la califican como un peligro claro y presente», analizó el consultor político, quien trabajó en la Casa Blanca para los presidentes Ronald Reagan y George H.W. Bush, y posteriormente en un comando conjunto en el Pentágono.
«Dejando de lado el liderazgo corrupto y fracasado de ese país, nuevamente, si se nos permitiera encuestar al verdadero pueblo de Cuba, estoy dispuesto a apostar que un número masivo de ellos desearía que su nación insular se convirtiera en parte de los EE. UU. de inmediato», afirmó MacKinnon.
«Trump, siendo Trump, implica ver el mundo a través de sus lentes. ¿Qué es lo que él ve que nosotros no vemos? Antes de su próximo crucero por el “golfo de América”, tal vez valga la pena reflexionar sobre esta pregunta», escribió finalmente en su artículo sobre una hipotética lista de países que podrían ser de interés para el impredecible presidente 47, quien llega a la Casa Blanca tras ser el primer mandatario condenado judicialmente en Estados Unidos.