Foto: Roy Leyra
Si la situación en Matanzas no es motivo suficiente de alarma, el mensaje que transmite la Organización Panamericana de la Salud (OPS) debería serlo: Cuba se ha convertido en el país con el mayor número de nuevos casos semanales desde que comenzó la pandemia.
Hasta ahora en julio, la isla ha reportado más de 25 mil casos de COVID-19, con un promedio diario cercano a los tres mil 500 contagios.
Respecto a las cifras de fallecimientos, cada día se lamentan en el país una media de 17 vidas debido a complicaciones causadas por esta enfermedad.
En términos de datos semanales, estas cifras son las más preocupantes desde el inicio de la pandemia, que lleva ya casi un año y medio, no solo en Cuba, sino también en la región.
Un claro ejemplo de la gravedad de la situación se observó hoy, cuando la isla reportó 3,819 nuevos casos y 26 fallecidos, entre ellos un bebé de dos meses residente en la provincia de Matanzas.
Este jueves se establecieron récords: la Atenas de Cuba reportó mil 327 nuevos contagios, la cifra más alta registrada por una provincia en un solo día, y el país sobrepasó el límite de casos activos registrados hasta la fecha, alcanzando los 21 mil 901.
A pesar de que el panorama es alarmante, el país está enfrentando una crisis sanitaria, exacerbada por la escasez de medicamentos, suministros médicos y, en algunos casos, la falta de espacios disponibles en los centros de salud.
Imágenes de pacientes ubicados en camas en los pasillos de los hospitales ya no son raras en las redes sociales, y se ha tenido que reforzar el personal médico, como es el caso de Matanzas, que es actualmente el epicentro de la pandemia, a donde se ha enviado un contingente de la Brigada Henry Reeve.
Aunque la capital presenta cifras inferiores a su vecina, tampoco está en una situación óptima, a pesar de las diversas medidas implementadas y la intervención masiva de las vacunas Soberana 02 y Abdala.
