Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
De acuerdo con Manuel, una de las decisiones más acertadas que ha tomado en su vida fue adquirir una balita de gas vacía mientras se encontraba en proceso de mudanza a San Miguel del Padrón. Esto, nos cuenta, ha marcado la diferencia entre poder cocinar o no en los momentos más críticos del suministro de ese combustible en la capital.
Esto ocurrió hace varios años y el recipiente costó 50 CUC, por lo que no se atreve a imaginar cuánto podría costar en la actualidad, añade mientras señala que en su vecindario las colas en los puntos de abasto de gas pueden extenderse hasta tres días.
En su caso, a pesar de tener dos balitas, procura mantener gas en ambas siempre que su presupuesto lo permita, para sentirse seguro en caso de que ocurra algún percance y el servicio se demore. «La gracia» de rellenar la balita extra asciende a 600 pesos, explica.
Fuentes cercanas a Cuba Noticias 360 confirman que la situación es similar en Santiago de las Vegas y en otras áreas del municipio de Boyeros, con largas filas de personas en los “puntos del gas”.
El comentario en ambos lugares, San Miguel y Boyeros, indica que ha habido un retraso con el barco que trae el combustible a Cuba, y que se esperaba su llegada para algún momento de la semana próxima.
Después de eso, habría que aguardar a que se abastezcan los puntos de venta de gas para los clientes que utilizan balita (gas licuado), mencionaron preocupadas varias personas de la tercera edad, quienes con frecuencia son las que hacen la cola, ya que el resto de los miembros de la familia deben trabajar durante el día.
Inestabilidad también en el gas manufacturado
Volviendo a Manuel, según confesó a este medio, una de las cosas que más añora de Centro Habana es la estabilidad en la electricidad y el gas de la calle (manufacturado), el cual le proporcionaba tranquilidad económica.
No obstante, durante varios meses la electricidad y el gas de la calle no han sido estables, ni en Centro Habana ni en ningún otro municipio de la capital, como se puede evidenciar con varias publicaciones de medios estatales y no estatales cubanos que documentan las interrupciones en los servicios mencionados, a veces debido a trabajos de mantenimiento.
La inestabilidad en la capital se ha atribuido, entre otras causas, a roturas en un tramo del gasoducto entre Puerto Escondido y Boca de Jaruco que alimenta a la ciudad, así como en la propia “Red Habana”, que distribuye el gas a los hogares a través de tuberías.
Este último fue el caso de la “afectación total” en varios municipios habaneros anunciada la semana pasada por la Empresa de Gas Manufacturado de la ciudad.
Desde el jueves 12 hasta bien entrada la mañana del viernes 13, La Habana Vieja, Centro Habana, Plaza de la Revolución, Cerro y Diez de Octubre estuvieron sin suministro debido a trabajos para resolver averías localizadas en la zona de Cuatro Caminos.
Con el gas licuado (el de balita) el inconveniente es que evidentemente se agota rápidamente y es necesario racionar, ya que los cilindros que están disponibles para rentar son de tamaño pequeño, lo que obliga a los clientes a acudir frecuentemente al punto de gas, explican.
No obstante, los que están en la cola de San Miguel agradecen resignados que la falta de gas no coincida con apagones, porque si no, no habría manera de cocinar, y con una pizza a 150 pesos y una bolsa de ocho panes a 200, es imposible alimentar a una familia con comida comprada en la calle.