El papa Francisco ofreció su mensaje este Domingo de Resurrección desde la basílica de San Pedro en el Vaticano, donde hizo un llamado por la paz en Ucrania y Jerusalén, además de expresar su preocupación por las comunidades en Latinoamérica.
Durante su bendición Urbi et Orbi, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica solicitó “ayuda para el querido pueblo ucraniano” y por el “fin de esta guerra y de todos los conflictos que ensangrientan el mundo”.
“Ayuda al querido pueblo ucraniano en su camino hacia la paz e infunde la luz pascual sobre el pueblo ruso. Conforta a los heridos y a aquellos que han perdido a sus seres queridos en la guerra, y permite que los prisioneros regresen sanos y salvos con sus familias”, manifestó el papa ante cerca de 100 mil fieles que se congregaron para escuchar su mensaje este domingo.
Más tarde, mencionó su inquietud por la intensificación del conflicto en Oriente Medio: “En este día te confiamos, Señor, la ciudad de Jerusalén, primer testigo de tu Resurrección. Manifiesto mi profunda preocupación por los ataques recientes, que ponen en peligro el necesario ambiente de confianza y respeto mutuo, esencial para reiniciar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz prevalezca en la Ciudad Santa y en toda la región”.
Respecto a América Latina, el papa Francisco pidió por las “comunidades cristianas que celebran la Pascua en circunstancias especiales, como en Nicaragua”.
Asimismo, hizo un llamado de consuelo para los pueblos latinoamericanos, especialmente para los “refugiados, deportados, presos políticos e inmigrantes, atendiendo a los más vulnerables, junto a aquellos que padecen hambre, pobreza y los daños provocados por el narcotráfico, la trata de personas y todas las formas de esclavitud”.
Igualmente, dedicó una parte de sus oraciones a las víctimas de los terremotos que ocurrieron en febrero pasado en Turquía y Siria.
El papa Francisco participó en la Semana Santa tras su reciente ingreso hospitalario por bronquitis. A tan solo un día de salir del hospital Gemelli de Roma, se le pudo ver en el Domingo de Ramos y, durante estos días, ha presidido, aunque no oficiado, todos los actos excepto el Vía Crucis del Coliseo el Viernes Santo.
En este Domingo de Resurrección, Francisco concluyó su mensaje desde el emblemático balcón de la Basílica de San Pedro diciendo: “Quisiera dirigirme a todos, con alegría en el corazón: Feliz Pascua a todos”.