De los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 al Campeonato Mundial de Atletismo 2022: el declive del deporte cubano.

Lo más Visto

Texto: Hugo León

Un antiguo proverbio dice que todo lo que sube debe bajar, y aunque se basa en un principio físico, también refleja los tiempos difíciles que atraviesa el deporte cubano en la actualidad, lejos de su mejor momento.

Cuba ha tenido una trayectoria notable en el ámbito deportivo desde la época republicana hasta hoy, a pesar de ser un pequeño país insular, de estar geográficamente alejado de los grandes círculos deportivos del mundo y de carecer de las mejores condiciones económicas. Sin embargo, es innegable que los resultados actuales son muy diferentes a los que se lograban hace 25 o 30 años.

El deporte cubano se suele dividir en dos etapas para su análisis: la primera corresponde al periodo anterior a 1959 y la segunda, naturalmente, a los años posteriores a ese cambio histórico.

Es ampliamente aceptado que antes de 1959, el deporte en la isla carecía de un sistema efectivo y organizado que regulara y desarrollara la educación física en el país, lo que limitaba el éxito en competiciones internacionales.

La práctica deportiva se caracterizaba por el profesionalismo y la influencia de Estados Unidos y Europa, con Cuba centrada predominantemente en deportes como el béisbol, la esgrima y la gimnasia, entre otros que eran populares en las grandes ciudades del mundo.

Personajes como Ramón Font, Manuel Dionisio Días, Kid Cholotate, Alfredo de Oro, José Raúl CapaBlanca y Félix «el andarín» Carvajal son solo algunos de los deportistas que dejaron huella en esta etapa histórica.

Tras 1959, el enfoque hacia el deporte en la isla cambió hacia el fomento de la masividad. Aunque el Instituto Nacional de Educación Física ya existía, en febrero de 1961 se fundó el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), y un año después se prohibió el profesionalismo en todos los deportes practicados en el país.

Desde ese momento hasta hace unos años, el deporte en Cuba mostró un crecimiento notable, cosechando numerosas medallas en competiciones internacionales, incluidas las más exigentes.

Barcelona 1992, la cumbre

Un claro ejemplo del extraordinario rendimiento de los atletas cubanos es lo que sucedió en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. La isla había estado ausente en las ediciones de Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, y los expertos internacionales pronosticaban un desempeño mediocre.

No obstante, la delegación cubana, compuesta por 192 atletas, tuvo el mejor desempeño en la historia del deporte cubano en estos Juegos. Los primeros en demostrar que los pronósticos estaban equivocados fueron los boxeadores, quienes se alzaron con siete medallas de oro.

Los destacados boxeadores incluyeron a Félix Savón, Roberto Balado, Rogelio Marcelo, Joel Casamayor, Héctor Vinent, Ariel Hernández y Juan Carlos Lemus. En el voleibol, Mireya Luis y sus compañeras no encontraron rival y dominaron la competencia de manera invicta.

Javier Sotomayor se consagró rey del salto de altura, y la lanzadora de disco Maritza Martén realizó un impresionante lanzamiento de más de 70 metros que la coronó. En lucha, Héctor Milián y Alejandro Puerto también consiguieron medallas de oro. En judo, Odalys Revé ganó su categoría, y el equipo de béisbol ganó los nueve partidos que disputó, llevándose igualmente la medalla dorada.

En total, la delegación cubana obtuvo 14 medallas de oro, seis de plata y 11 de bronce, alcanzando un sorprendente quinto lugar en la clasificación general, un momento cumbre que sigue siendo recordado hasta hoy, 30 años después.

Además de las medallas, se destaca que más de 140 de los 192 atletas de la delegación quedaron entre los primeros ocho de su disciplina. Esto ocurrió en un contexto en el que apenas acababa de colapsar la Unión Soviética.

Aún en 1993, Cuba tuvo otra gran actuación en los Juegos Centroamericanos de Ponce, Puerto Rico, donde finalizó en la primera posición del medallero por países, pero a partir de allí, los resultados comenzaron a mostrar una tendencia a la baja.

El medio tiempo

La desaparición del campo socialista se considera por muchos historiadores como uno de los mayores golpes que ha enfrentado Cuba desde 1959. Sin el apoyo financiero millonario que el gobierno cubano recibía de su aliado soviético, la crisis era inevitable y se extendió a todas las áreas, incluido el deporte.

Mantener el deporte en un nivel elevado requiere recursos que La Habana no poseía en ese momento, y con el profesionalismo prohibido, el deporte no podía sobrevivir por sí mismo, comenzando a notarse el deterioro de las instalaciones deportivas, la escasez de implementos y la cancelación de competiciones.

En Atenas 2004, doce años después de Barcelona 92, Cuba quedó fuera de los diez primeros lugares en la clasificación por países, y en Londres 2012 solo logró cinco medallas de oro. Una situación similar ocurrió en los Juegos Centroamericanos de Veracruz en 2014, donde Cuba apenas alcanzó poco más de la mitad de los oros conquistados en 1993.

En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, Cuba participó en 19 disciplinas y logró 11 medallas, cinco de ellas doradas. Una vez más, los deportes de combate fueron los que destacaron, con 10 de las 11 medallas alcanzadas y cinco de los seis oros conseguidos.

En Tokio 2020 (celebrados en 2021 debido a la pandemia de Covid-19), solo compitieron 70 deportistas cubanos, y el béisbol, por ejemplo, no logró clasificar a la cita olímpica.

Mundial de Atletismo 2022, el ocaso

Foto: Runners World

Es probable que en 2050, al escribir la historia del deporte cubano de los últimos cien años, se dedique un capítulo completo a 2022. Ese año, por primera vez en un Mundial de Atletismo, Cuba concluyó sin obtener premios, desde que este tipo de competencias empezara en 1983. Mientras tanto, el ahora portugués Pedro Pablo Pichardo se llevó el oro en el triple salto.

En el ámbito de las competiciones internacionales, es habitual observar a las grandes economías como potencias deportivas, muchas veces basadas en decenas de atletas nacionalizados. Esta práctica, que siempre ha existido, empieza a reflejarse en Cuba en sports menos asociados al béisbol, donde antes era más evidente.

Varios boxeadores cubanos han abandonado la isla en busca de nuevas oportunidades en los circuitos profesionales, y como el INDER considera su salida como una deserción y prohíbe el profesionalismo, les impide regresar a competir por Cuba. Esto se repite en otros deportes como el voleibol, el atletismo y el ajedrez. Una gran cantidad de atletas cubanos compiten por otras naciones, obteniendo medallas que no pueden sumar al éxito de su país de origen.

En diciembre de 2021, el INDER reportó a la Asamblea Nacional del Poder Popular que más de 800 atletas y más de dos mil entrenadores habían dejado el país en la última década.

Además, el INDER reconoció la disminución de inscripciones en la base deportiva y la escasa actividad en alrededor de 17 disciplinas. También se admitieron las dificultades en infraestructura y en el acceso a tecnología avanzada, mencionando que de más de 11 mil instalaciones deportivas en la isla, menos de la mitad están operativas. En el caso de piscinas, solo 27 de las 273 disponibles tienen usuarios, y no de manera continua.

Yipsi Moreno, una de las más grandes deportistas cubanas de todos los tiempos y actual Comisionada Nacional de Atletismo, comentó a inicios de julio que hay un momento en que el dinero no es suficiente para los deportistas que han abandonado Cuba. También destacó que el avance del deporte requiere, más que tecnología y equipo, esfuerzo, dedicación e ingenio.

Solo el tiempo dirá si en las próximas citas mundiales y olímpicas los cubanos podrán celebrar y ver su bandera en lo más alto del podio, o si simplemente tendrán que vivir del recuerdo de glorias pasadas.

Más Noticias

Últimas Noticias